¿Dormir bien con cáncer? Estos son los síntomas recurrentes que podrías presentar
Vivir con cáncer es un desafío multifacético que afecta todos los aspectos de la vida, incluyendo el sueño. Las noches pueden ser especialmente difíciles debido a una variedad de síntomas recurrentes que interrumpen el descanso. Comprender y abordar estos síntomas es crucial para mejorar la calidad de vida de quienes enfrentan esta enfermedad. A continuación, te compartimos algunos de los síntomas nocturnos más comunes y cómo pueden impactar a los pacientes.
Dolor
El dolor es una de las preocupaciones más comunes para las personas con cáncer. A menudo, este dolor puede intensificarse durante la noche, cuando la mente tiene menos distracciones y el cuerpo se relaja. Imagínate tratar de dormir mientras lidias con una incomodidad constante o dolor agudo. Este dolor puede ser causado por el tumor presionando nervios u órganos, o como resultado de tratamientos como la quimioterapia o la radioterapia. El dolor nocturno no solo interfiere con el sueño, sino que también puede aumentar la sensación de desesperanza y agotamiento.
Para manejar el dolor nocturno, los médicos pueden recetar analgésicos adecuados y ajustar las dosis según las necesidades individuales. Además, técnicas como la fisioterapia, la acupuntura y la terapia de masajes pueden complementar el tratamiento médico, proporcionando alivio adicional.
Sudores nocturnos
La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que el cáncer es una de las principales causas de muerte a nivel mundial, cobrando la vida de aproximadamente 9.6 millones de personas en 2018, lo que representa una de cada seis defunciones. Este devastador conjunto de enfermedades presenta una amplia variedad de síntomas, y ahora se ha descubierto que la sudoración nocturna podría ser un posible indicio de cáncer.
Despertarse empapado en sudor es una experiencia angustiante y común en pacientes con cáncer, especialmente aquellos con linfomas, leucemias, cáncer de hueso y cáncer de hígado. Según el portal Healthline, estos sudores nocturnos pueden interrumpir el sueño y dejarte sintiendo frío y húmedo. No solo es incómodo, sino que también puede aumentar la sensación de vulnerabilidad y preocupación.
El cáncer de hueso, un tipo de cáncer primario que se origina en las células óseas, también puede estar asociado con la sudoración nocturna. “El cáncer de huesos se produce por la aparición en uno de los huesos de un tumor maligno que destruye tejido óseo. Cuando el cáncer tiene su origen en el hueso, se denomina cáncer primario,” afirma el portal Sanitas.
El cáncer de hígado, que lamentablemente causó más de 830,000 muertes en todo el mundo en 2020 según la American Society of Clinical Oncology, puede presentar síntomas como sudoración nocturna en ciertos casos. Este tipo de cáncer es más común en algunas regiones como África.
Es importante destacar que la sudoración nocturna puede tener diversas causas y no debe considerarse automáticamente como un signo de cáncer. “La sudoración excesiva por lo general no tiene una causa clara, pero a veces se debe a infecciones, problemas metabólicos o cáncer,” menciona el portal MSD Manual.
Acerca de la sudoración, el portal de Unidad Médica Angloamericana menciona: “Es una sustancia líquida producida por las glándulas sudoríparas. Está compuesta de agua en un 99%. El resto son sales (sobre todo cloruro sódico) y algunas sustancias excretadas por las glándulas.” Asimismo, añade: “Fundamentalmente, regula la temperatura. El sudor impregna la superficie cutánea, se evapora y la evaporación produce frío.”
Para manejar los sudores nocturnos, es útil mantener la habitación a una temperatura fresca, usar ropa de cama ligera y transpirable y, si es necesario, cambiar de ropa o de sábanas durante la noche. En algunos casos, los médicos pueden ajustar la medicación o recomendar tratamientos adicionales para controlar la fiebre y los sudores nocturnos.
Insomnio
El insomnio es otra lucha frecuente. El dolor, la ansiedad y la depresión son compañeros constantes que pueden hacer que conciliar el sueño sea casi imposible. Incluso si logras dormir, puede ser un sueño ligero y no reparador, dejándote exhausto al despertar. Este insomnio puede crear un ciclo vicioso, donde la falta de sueño agrava otros síntomas y afecta tu capacidad para enfrentar el día.
Las técnicas de higiene del sueño, como mantener una rutina de sueño regular, evitar la cafeína y los dispositivos electrónicos antes de acostarse, y crear un ambiente tranquilo y oscuro, pueden ser útiles. Además, los médicos pueden prescribir medicamentos para ayudar a conciliar el sueño o recomendar terapias conductuales para manejar la ansiedad y el estrés.
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Fatiga
La fatiga relacionada con el cáncer es abrumadora. No es simplemente estar cansado; es una sensación profunda de agotamiento que no mejora con el descanso. Esta fatiga puede ser más notoria por la noche, cuando todo lo que deseas es descansar pero tu cuerpo y mente no cooperan. La fatiga puede ser causada por la enfermedad misma, los tratamientos, la anemia o la falta de sueño de calidad.
Para manejar la fatiga, es importante mantener una dieta equilibrada y nutritiva, realizar ejercicio ligero y regular según lo recomendado por el médico, y asegurarse de tener tiempos de descanso adecuados durante el día. La terapia ocupacional también puede ayudar a aprender a gestionar la energía y a realizar actividades cotidianas de manera más eficiente.
Problemas respiratorios
Para quienes tienen cáncer de pulmón u otros tipos que afectan las vías respiratorias, la noche puede traer problemas adicionales. Dificultades para respirar o tos persistente pueden empeorar al acostarte, creando una ansiedad adicional y dificultando aún más el descanso. Estos síntomas pueden ser causados por el tumor que obstruye las vías respiratorias o por efectos secundarios del tratamiento.
Para aliviar los problemas respiratorios, se pueden utilizar humidificadores en la habitación, mantener una postura elevada al dormir usando almohadas adicionales, y, en algunos casos, usar medicamentos inhaladores o broncodilatadores recetados por el médico. También es importante seguir las recomendaciones médicas sobre el tratamiento y manejo de las afecciones respiratorias.
Náuseas y vómitos
Estos síntomas pueden surgir en cualquier momento, pero enfrentarlos por la noche puede ser especialmente debilitante. Las náuseas y los vómitos pueden ser causados por los tratamientos y pueden interrumpir repetidamente el sueño, dejándote debilitado y deshidratado. La incomodidad de estos síntomas puede hacer que dormir sea casi imposible.
Para manejar las náuseas y los vómitos, los médicos pueden recetar medicamentos antieméticos que se deben tomar según lo indicado. Además, es útil comer comidas pequeñas y frecuentes, evitar alimentos grasos o picantes antes de acostarse, y mantenerse bien hidratado. Técnicas de relajación y acupuntura también pueden ofrecer alivio en algunos casos.
Problemas gastrointestinales
Diarrea, estreñimiento y dolor abdominal pueden hacer que las noches sean largas y difíciles. Estos problemas no solo interrumpen el sueño, sino que también pueden llevar a preocupaciones adicionales sobre la salud y el tratamiento. Estos síntomas pueden ser causados por la quimioterapia, la radioterapia, o la propia enfermedad.
Para manejar los problemas gastrointestinales, es importante seguir una dieta adecuada, rica en fibra para el estreñimiento y evitar alimentos que puedan agravar la diarrea. Los médicos pueden recetar medicamentos para regular la función intestinal y aliviar el dolor abdominal. Además, mantener una buena hidratación es esencial para manejar estos síntomas.
Ansiedad y depresión
El diagnóstico de cáncer y su tratamiento conllevan una carga emocional significativa. La ansiedad y la depresión son comunes y pueden manifestarse intensamente por la noche. Preocuparse por el futuro, sentir tristeza o desesperanza puede hacer que el sueño parezca inalcanzable. Estos sentimientos pueden ser exacerbados por el aislamiento y el miedo asociados con la enfermedad.
Es crucial buscar apoyo emocional a través de terapia psicológica, grupos de apoyo y, si es necesario, medicamentos recetados por un psiquiatra. Las técnicas de relajación, como la meditación, la respiración profunda y la práctica de mindfulness, pueden ser muy útiles para manejar la ansiedad y promover un sueño más reparador.
Frecuencia urinaria
Para algunos, como aquellos con cáncer de próstata, la necesidad frecuente de orinar puede interrumpir el sueño constantemente. Esta necesidad recurrente puede ser frustrante y agotadora. La frecuencia urinaria nocturna puede ser causada por la enfermedad misma o por tratamientos que afectan la vejiga o la próstata.
Para manejar este síntoma, es útil limitar la ingesta de líquidos antes de acostarse y asegurarse de vaciar completamente la vejiga antes de ir a dormir. Los médicos también pueden recetar medicamentos para reducir la frecuencia urinaria o tratar la causa subyacente de la misma.
Las noches pueden ser especialmente desafiantes para las personas con cáncer debido a una serie de síntomas recurrentes. Entender estos síntomas y trabajar con el equipo médico para manejarlos es crucial. La combinación de apoyo médico, emocional y práctico puede hacer una gran diferencia, permitiendo que las noches sean más tranquilas y el sueño más reparador.
Recuerda que no estás solo en este viaje; hay ayuda y recursos disponibles para mejorar tu calidad de vida. La comunicación abierta con tu equipo de salud, el apoyo de seres queridos y el uso de estrategias de manejo de síntomas pueden ayudarte a enfrentar estos desafíos nocturnos con mayor confianza y bienestar.
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