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Cáncer de hueso: lo que debes conocer

Un tumor óseo es una enfermedad que puede tener su origen en la transformación de cualquier célula de la que se compone un hueso.

A primera vista, los huesos pueden parecer tejido muerto debido a su dureza y al hecho de que no cambian de forma una vez que alcanzan la edad adulta. Los huesos en realidad están formados por células vivas y activas que ayudan a mantener su forma y fuerza.

Los huesos sirven para sostener los músculos, como una especie de andamiaje que sostiene un edificio. También protegen órganos vitales como el cerebro, encerrado en la caja craneana, y el corazón y los pulmones, ubicados dentro de la caja torácica, debajo del esternón.

La médula ósea contenida en la parte más interna de los huesos produce células sanguíneas (glóbulos blancos, glóbulos rojos y plaquetas), mientras que el llamado hueso subcondral, presente en las articulaciones y recubierto por cartílago, amortigua y posibilita los movimientos articulares.

¿Qué es el cáncer de hueso?

El cáncer de hueso se produce cuando unas células inusuales crecen descontroladamente en el hueso. Destruye el tejido óseo normal. Puede originarse en el hueso o propagarse desde otras partes del cuerpo (lo que se denomina metástasis).

El cáncer de hueso es poco frecuente. La mayoría de los tumores óseos son benignos, lo que significa que no son cancerosos y no se extienden a otras partes del cuerpo. Sin embargo, pueden debilitar los huesos y provocar fracturas u otros problemas. Existen algunos tipos comunes de tumores óseos benignos:

  • El osteocondroma es el más frecuente. Suele aparecer en personas menores de 20 años.
  • El tumor de células gigantes suele aparecer en la pierna. En raras ocasiones, también pueden ser cancerosos.
  • El osteoma osteoide suele aparecer en los huesos largos, normalmente a los 20 años.
  • El osteoblastoma es un tumor poco frecuente que crece en la columna vertebral y los huesos largos, sobre todo en adultos jóvenes.
  • El encondroma suele aparecer en los huesos de las manos y los pies. Suele ser asintomático. Es el tipo más frecuente de tumor en las manos.

Cáncer primario de hueso

El cáncer primario de hueso, o sarcoma óseo, es un tumor canceroso que se origina en el hueso. Los expertos no están seguros de las causas, pero los genes pueden desempeñar un papel. Algunos de los tipos más comunes de cáncer primario de hueso son:

Osteosarcoma

El osteosarcoma suele formarse alrededor de la rodilla y la parte superior del brazo. Los adolescentes y los adultos jóvenes son los más propensos a padecerlo, pero otra forma es frecuente en adultos que padecen la enfermedad ósea de Paget.

Sarcoma de Ewing

El sarcoma de Ewing suele aparecer en personas de entre 5 y 20 años. Las costillas, la pelvis, la pierna y la parte superior del brazo son las localizaciones más frecuentes. También puede aparecer en el tejido blando que rodea los huesos.

Condrosarcoma

El condrosarcoma es más frecuente entre los 40 y los 70 años. La cadera, la pelvis, la pierna, el brazo y el hombro son localizaciones frecuentes de este cáncer, que se origina en las células del cartílago.

Aunque se produce en los huesos, el mieloma múltiple no es un cáncer óseo primario. Es un cáncer de médula, el tejido blando del interior de los huesos.

¿Es frecuente el cáncer de huesos?

Los cánceres óseos son poco frecuentes. Representan menos del 1% de los cánceres en Estados Unidos. Aunque pueden desarrollarse a cualquier edad, son más frecuentes en niños, adolescentes y adultos jóvenes que en adultos mayores.

¿Qué causa el cáncer de huesos?

Los expertos no saben con certeza cuál es la causa del cáncer de huesos, pero han encontrado vínculos entre el cáncer de huesos y otros factores. El factor más importante es la exposición a radiaciones o fármacos durante el tratamiento de otros cánceres. Algunos cánceres óseos se deben a enfermedades que se transmiten de padres a hijos (hereditarias), aunque no suele ser el caso.

Factores de riesgo del cáncer de huesos

Entre los factores que pueden aumentar las probabilidades de padecer cáncer de huesos se incluyen:

  • Tratamiento del cáncer. Los tumores óseos son más frecuentes en personas que han recibido radioterapia, trasplantes de células madre o determinados fármacos de quimioterapia para otros tipos de cáncer.
  • Enfermedades hereditarias. Las enfermedades transmitidas por los genes, como el síndrome de Li-Fraumeni y un cáncer ocular llamado retinoblastoma, pueden aumentar la probabilidad de padecer cáncer de huesos.
  • Enfermedad ósea de Paget. Esta enfermedad ósea benigna también puede aumentar sus probabilidades.

Síntomas del cáncer de huesos

Es posible que no notes síntomas de un tumor óseo, tanto si es cáncer como si no. Es posible que tu médico lo detecte al observar una radiografía de otro problema, como un esguince. Pero los síntomas pueden incluir dolor que:

  • Se produce en la zona del tumor
  • Es sordo o molesto
  • Empeora con la actividad
  • Te despierta por la noche

Otros síntomas relacionados con los tumores óseos son:

  • Fiebres
  • Sudores nocturnos
  • Hinchazón alrededor de un hueso
  • Cojera
  • Fatiga
  • Pérdida de peso

Diagnóstico del cáncer de hueso

El médico le preguntará sobre sus síntomas e historial médico y realizará un examen físico. Observarán imágenes de tus huesos mediante pruebas de imagen como:

  • Radiografías. Muestran los tumores y su tamaño.
  • Tomografías computarizadas. Un ordenador utiliza los rayos X para obtener imágenes más detalladas.
  • Resonancia magnética. Utilizan un potente imán para mostrar el interior del cuerpo.
  • Tomografía por emisión de positrones. Un técnico inyecta glucosa radiactiva (azúcar) en una vena. Un escáner detecta las células cancerosas, que utilizan más glucosa que las células normales.
  • Gammagrafía ósea. Un técnico inyecta otro material radiactivo en la vena. El material radiactivo se acumula en los huesos, donde un escáner puede detectarlo.

El médico también puede realizar análisis de sangre para detectar dos enzimas que pueden ser signos de cáncer de sangre.

Un procedimiento denominado biopsia puede confirmar el diagnóstico. El médico toma una muestra del tumor con una aguja o a través de un corte en la piel. Un técnico especializado examina el tejido o las células al microscopio. Puede determinar si el tumor es benigno o si se trata de un cáncer primario o secundario. También pueden hacerse una idea de lo rápido que está creciendo.

Tratamiento del cáncer de huesos

El tratamiento del cáncer de huesos depende del tipo de cáncer, de si se ha extendido y, en caso afirmativo, de dónde. El tratamiento del cáncer de huesos suele consistir en una combinación de enfoques.

El tipo y la duración de estos tratamientos varían en función de varios factores, como el tipo de cáncer óseo, el tamaño del tumor y si se ha extendido a otras partes del cuerpo. Los tratamientos más utilizados son los siguientes

Cirugía: El cirujano extirpa el tumor y parte del tejido sano que lo rodea. También puede reparar o reconstruir los huesos afectados con injertos óseos reales o artificiales. A veces es necesario extirpar una extremidad entera para tratar el cáncer. En este caso, puede utilizarse un miembro artificial (prótesis). A veces es necesario repetir la operación si no se han extirpado todas las células cancerosas la primera vez.

Radioterapia: Este tratamiento reduce el tamaño de los tumores con altas dosis de rayos X. Los médicos suelen utilizar la radiación antes de la cirugía para reducir el tamaño del tumor y así extirpar menos tejido.

Quimioterapia: Este tipo de tratamiento mata las células cancerosas de todo el cuerpo con medicamentos. Los pacientes suelen recibir este medicamento tragando una pastilla o inyectándoselo en vena. Su proveedor puede usar quimioterapia para tratar cánceres óseos primarios o cánceres óseos que se han diseminado.

Fuentes: WebMD y Cleveland Clinic

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