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Terapias emergentes para el linfoma anaplásico de células grandes (ALCL)

El linfoma anaplásico de células grandes (ALCL) es un subtipo raro y agresivo de linfoma de células T, que representa aproximadamente el 3% de todos los linfomas no Hodgkin. Aunque es un tipo poco común, el ALCL se ha estudiado extensamente debido a su complejidad y variabilidad, lo que ha llevado a importantes avances en las terapias emergentes para su tratamiento. En particular, la introducción de tratamientos dirigidos y el desarrollo de nuevas combinaciones de fármacos están transformando el pronóstico para los pacientes con esta enfermedad.

 ¿Qué es el linfoma anaplásico de células grandes (ALCL)?

El ALCL se divide en dos subtipos principales: ALCL ALK-positivo y ALCL ALK-negativo, según la presencia o ausencia de una proteína anómala llamada quinasa del linfoma anaplásico (ALK). Esta distinción es importante porque influye en el tratamiento y el pronóstico de la enfermedad.

  • ALCL ALK-positivo: Es más frecuente en pacientes jóvenes y tiene un pronóstico más favorable. Este subtipo es más sensible a los tratamientos convencionales como la quimioterapia.
  • ALCL ALK-negativo: Se presenta generalmente en adultos mayores y tiene un pronóstico menos favorable. Tiende a ser más resistente a los tratamientos estándar, lo que ha impulsado la investigación para desarrollar nuevas terapias.

Ambos subtipos se caracterizan por el crecimiento descontrolado de células T anormales que pueden afectar ganglios linfáticos, la piel, los huesos, el hígado, los pulmones y otros órganos. El tratamiento de estos linfomas depende de la etapa y la agresividad del cáncer, pero las terapias emergentes están revolucionando el manejo clínico, especialmente en pacientes con enfermedad recurrente o refractaria.

Tratamiento estándar del ALCL

El tratamiento inicial del ALCL suele comenzar con quimioterapia basada en el régimen CHOP, que incluye ciclofosfamida, doxorrubicina, vincristina y prednisona. Este régimen ha sido la base del tratamiento para los linfomas no Hodgkin agresivos durante muchos años. Para los pacientes con ALCL ALK-positivo, las tasas de respuesta a este tratamiento son generalmente buenas. Sin embargo, para aquellos con ALCL ALK-negativo o pacientes cuya enfermedad reaparece, la quimioterapia por sí sola a menudo no es suficiente para mantener la remisión a largo plazo.

En estos casos, las nuevas terapias dirigidas están demostrando ser prometedoras. En particular, el uso de medicamentos como brentuximab vedotina, un conjugado de anticuerpo y fármaco dirigido a la proteína CD30, ha mejorado significativamente los resultados en pacientes con ALCL.

Lee más: Linfoma de Hodgkin clásico: Cuatro subtipos principales

Brentuximab vedotina: Un avance clave en el tratamiento

Brentuximab vedotina ha sido uno de los avances más importantes en el tratamiento del ALCL. Este medicamento se dirige a la proteína CD30, que está presente en la superficie de muchas células de ALCL, y es una opción terapéutica eficaz tanto para pacientes con ALCL ALK-positivo como ALK-negativo. Brentuximab es un conjugado de anticuerpo y fármaco, lo que significa que el anticuerpo busca y se une a las células cancerosas que expresan CD30, entregando una carga de quimioterapia directamente a estas células, lo que minimiza el daño a las células normales.

En el estudio Echelon-2, un ensayo clínico internacional, se demostró que la combinación de brentuximab vedotina con quimioterapia CHOP, sustituyendo la vincristina por brentuximab (lo que se conoce como régimen CHP), mejoró significativamente la supervivencia y prolongó la remisión en pacientes con ALCL. «La adición de brentuximab al régimen estándar de quimioterapia ha marcado una gran diferencia en la manera en que tratamos el ALCL», explica la Dra. Neha Mehta Shah, especialista en oncología hematológica. «Este enfoque ha aumentado la tasa de respuesta y ha mejorado la calidad de vida de los pacientes.»

Este régimen ha pasado a ser el tratamiento estándar para los pacientes con linfoma anaplásico de células grandes que expresan CD30, particularmente en aquellos con la variante ALK-negativa, que solía tener un pronóstico más reservado.

Inmunoterapia y terapias dirigidas

El uso de inmunoterapia en el tratamiento del ALCL ha sido otro avance significativo. Las terapias que estimulan el sistema inmunológico para atacar las células cancerosas han mostrado un gran potencial, especialmente en pacientes con linfoma ALCL que han recaído después del tratamiento estándar.

Uno de los enfoques más prometedores es el uso de inhibidores de puntos de control, que ayudan al sistema inmunológico a reconocer y atacar las células cancerosas. Estos inhibidores bloquean los mecanismos que las células cancerosas utilizan para evitar ser detectadas por el sistema inmune, permitiendo que las células inmunitarias del cuerpo respondan de manera más efectiva. Los inhibidores de puntos de control han mostrado eficacia en otros tipos de linfomas, y su uso en ALCL está siendo activamente investigado.

Otra terapia dirigida en estudio para el ALCL es el uso de inhibidores de JAK y PI3-kinasa, que actúan bloqueando vías de señalización específicas que las células cancerosas utilizan para crecer y multiplicarse. Un medicamento llamado cerdulatinib, un inhibidor de JAK, ha mostrado resultados alentadores en ensayos clínicos, con una tasa de respuesta significativa en pacientes con linfomas de células T, incluidos aquellos con ALCL.

Terapia con células CAR-T

La terapia con células CAR-T también está en el horizonte como una opción prometedora para el tratamiento del ALCL. Esta forma avanzada de inmunoterapia implica modificar las células T del paciente para que puedan atacar específicamente las células cancerosas. Aunque la terapia CAR-T ha demostrado un éxito notable en linfomas de células B, su desarrollo para linfomas de células T, como el ALCL, ha sido más complicado.

Sin embargo, los ensayos clínicos actuales están evaluando el uso de células CAR-T dirigidas a CD30 en pacientes con linfoma anaplásico de células grandes. Dado que muchas células de ALCL expresan la proteína CD30, la terapia CAR-T dirigida a este marcador ofrece una opción emocionante para los pacientes cuya enfermedad no responde a los tratamientos convencionales.

Trasplante de células madre

Para los pacientes con ALCL recurrente o que no responden al tratamiento inicial, el trasplante de células madre sigue siendo una opción clave. El trasplante autólogo de células madre, en el que se utilizan las propias células del paciente, es una opción común para consolidar la remisión después de la quimioterapia. En algunos casos, se puede considerar un trasplante alogénico, que utiliza células madre de un donante y ofrece la ventaja de que el nuevo sistema inmunológico del donante puede atacar las células cancerosas restantes.

Aunque los trasplantes de células madre son tratamientos agresivos, «para algunos pacientes con ALCL, el trasplante de células madre ofrece la mejor oportunidad de cura a largo plazo», menciona la Dra. Shah. Estos procedimientos siguen siendo una herramienta valiosa, especialmente cuando las terapias emergentes no logran una remisión completa.

Otras terapias en desarrollo

Además de los tratamientos mencionados, existen varios medicamentos y combinaciones en fase de desarrollo para el tratamiento del ALCL. Algunos de estos incluyen nuevos inhibidores de proteínas clave involucradas en la supervivencia de las células cancerosas, así como combinaciones de quimioterapia con fármacos biológicos para mejorar la efectividad sin aumentar los efectos secundarios.

Una de las terapias más recientes es el uso de inhibidores de EZH2, una proteína involucrada en la regulación de la expresión genética en las células cancerosas. Los inhibidores de EZH2 han mostrado resultados prometedores en estudios iniciales y podrían ofrecer una nueva vía para tratar el ALCL, especialmente en pacientes que no responden a las terapias convencionales.

El tratamiento del linfoma anaplásico de células grandes ha avanzado significativamente en los últimos años gracias a las terapias dirigidas y la inmunoterapia. Medicamentos como brentuximab vedotina han cambiado el panorama del tratamiento, y la investigación continua está desarrollando nuevas opciones para los pacientes con este linfoma agresivo.

«Las terapias emergentes están transformando el pronóstico para los pacientes con ALCL, y ofrecen esperanza para aquellos que anteriormente tenían pocas opciones», concluye la Dra. Shah. Con el continuo desarrollo de tratamientos dirigidos y enfoques personalizados, los pacientes con linfoma anaplásico de células grandes tienen cada vez más herramientas para combatir esta enfermedad, mejorando no solo su supervivencia, sino también su calidad de vida.

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