Linfoma de Hodgkin clásico: Cuatro subtipos principales
El linfoma de Hodgkin clásico se divide en cuatro subtipos según su morfología:
- Linfoma de Hodgkin de esclerosis nodular: Es el subtipo más común, afectando principalmente a personas jóvenes y localizándose en áreas como el cuello y el mediastino. Este tipo se caracteriza por la presencia de bandas fibrosas o esclerosis en la biopsia del ganglio. «La esclerosis nodular representa el subtipo más frecuente del linfoma de Hodgkin, afectando mayormente a adolescentes y adultos jóvenes.»
- Linfoma de Hodgkin de celularidad mixta: Es el segundo subtipo más común y tiende a presentarse en personas de edad avanzada. Este tipo muestra una mezcla de células inflamatorias y tumorales bajo el microscopio.
- Linfoma de Hodgkin rico en linfocitos: Es menos común y, en comparación con otros subtipos, tiene un pronóstico relativamente favorable.
- Linfoma de Hodgkin deplecionado de linfocitos: Este subtipo es raro y se asocia con un pronóstico más desfavorable debido a la disminución de linfocitos en el tejido afectado.
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Incidencia y factores de riesgo
Se diagnostican aproximadamente 8,000 nuevos casos de linfoma de Hodgkin cada año en los Estados Unidos, con una tasa de mortalidad relativamente baja de entre 800 y 900 muertes anuales. «La mayoría de los pacientes son curados en la era moderna, con pocas muertes relacionadas con el linfoma de Hodgkin.» Este cáncer tiene dos picos de incidencia: uno entre los 15 y 20 años y otro en personas mayores de 60 años.
Aunque no se ha identificado un factor de riesgo específico que aumente significativamente la incidencia, se ha observado una leve correlación con el virus de Epstein-Barr (VEB), el cual está presente en algunos pacientes con linfoma de Hodgkin. «Las personas que han tenido mononucleosis tienen un riesgo ligeramente mayor de desarrollar linfoma de Hodgkin, aunque la mayoría de los casos de mononucleosis no conducen a este cáncer.»
Además, las personas con supresión inmunológica están en mayor riesgo. Los pacientes con VIH, por ejemplo, tienen un riesgo diez veces mayor de desarrollar linfoma de Hodgkin.
Presentación clínica
La manifestación más común del linfoma de Hodgkin es un ganglio linfático agrandado e indoloro, generalmente en el cuello, la axila o la ingle. Un tercio de los pacientes presenta los llamados síntomas B, que incluyen fiebre sin causa aparente, sudores nocturnos y pérdida de peso involuntaria de más del 10 % en los últimos seis meses. Estos síntomas, aunque clásicos, solo se presentan en una minoría de los pacientes.
Además de los síntomas mencionados, algunos pacientes pueden experimentar picazón o niveles elevados de calcio, debido a la conversión de vitamina D en el linfoma. Una manifestación rara es el dolor en los ganglios linfáticos tras el consumo de alcohol, que ocurre en menos del 1 % de los casos.
Diagnóstico y estadificación
El diagnóstico de linfoma de Hodgkin se confirma mediante biopsia y examen bajo el microscopio. En el subtipo de esclerosis nodular, por ejemplo, se observan bandas fibrosas en el ganglio linfático. Una vez diagnosticado, se realiza una estadificación para determinar la extensión del cáncer, utilizando tomografía por emisión de positrones (PET) y tomografía computarizada (TC). Los avances tecnológicos han reemplazado los métodos más invasivos como las biopsias de médula ósea y cirugías abiertas.
La estadificación del linfoma de Hodgkin se clasifica en cuatro estadios:
- Estadio I: La enfermedad está limitada a una sola región de ganglios linfáticos.
- Estadio II: Afecta dos o más regiones de ganglios linfáticos en un solo lado del diafragma.
- Estadio III: El cáncer está presente en ganglios linfáticos tanto por encima como por debajo del diafragma.
- Estadio IV: Involucra órganos fuera del sistema linfático, como el hígado o los pulmones.
Los estadios I y II se consideran enfermedad limitada, mientras que los estadios III y IV corresponden a enfermedad avanzada.
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Tratamiento y consideraciones
El tratamiento del linfoma de Hodgkin ha avanzado significativamente. «El uso de quimioterapia en combinación con radioterapia ha permitido la cura en la mayoría de los pacientes.» Antes de iniciar el tratamiento, se realizan pruebas para evaluar la función cardíaca y pulmonar, ya que algunos medicamentos pueden causar complicaciones. Además, se considera la preservación de la fertilidad debido a los posibles efectos adversos de la quimioterapia.
En conclusión, el linfoma de Hodgkin, aunque es un tipo de cáncer grave, tiene un pronóstico favorable para la mayoría de los pacientes, especialmente con los avances en diagnóstico y tratamiento.