Leucemia mieloide crónica: tipos de tratamiento según la fase de la condición
La leucemia mieloide crónica es un tipo de cáncer hematológico poco frecuente y con progresión lenta que comúnmente inicia en la médula ósea.
Este tipo de cáncer generalmente afecta a los adultos de edad avanzada y suele diagnosticarse a través de un examen de sangre de rutina ya que la condición no presenta síntomas hasta que se encuentra en una etapa avanzada.
Las personas con leucemia mieloide crónica cuentan con diferentes opciones de tratamiento que se van a realizar de acuerdo a la fase de la enfermedad o la edad del paciente y la disponibilidad de un donante de cédulas madre con tejido compatible.
Entre las fases de la enfermedad se encuentran crónica, acelerada o blástica.
Fase crónica
El tratamiento convencional para las CML en fase crónica es un inhibidor de la tirosina cinasa (TKI),como el como el imatinib (Gleevec®), nilotinib (Tasigna®), dasatinib (Sprycel®), o el bosutinib (Bosulif®).
En casos en los que el medicamento no surte un efecto o no responde bien a los resultados que nos ver el especialista puede aumentar la dosis se puede intentar con otro inhibidor.
El ponatanib (Iclusig®) se ha convertido en una alternativa para ser utilizada después de intentar con los demás inhibidores de la tirosina cinasa o si las células de la leucemia desarrollan posteriormente la mutación T315I.
Acudir a otro inhibidor de la tirosina cinasa es otra alternativa que se puede emplear cuando las personas no pueden tomar el primer medicamento debido a los efectos secundarios
¿Cómo saber si un tratamiento está siendo efectivo?
Resulta indispensable que el paciente acuda de forma regular a los controles médicos. El seguimiento involucra:
- Realizar recuentos sanguíneos a menudo.
- Una prueba de reacción en cadena de la polimerasa en la sangre (PCR) para medir la cantidad de gen BCR-ABL.
- Examen de la médula ósea para saber si el cromosoma Filadelfia está presente.
«Por lo general, las pruebas del gen BCR-ABL o el cromosoma Filadelfia se realizan alrededor de 3 meses después de comenzar un inhibidor de la tirosina cinasa, y luego de esto cada 3 a 6 meses”, señala la American Cancer Society.
De esta manera, los resultados de estos exámenes demostrarán si el paciente responde bien al tipo de terapia que está manejando y si puede seguir manejando, en caso contrario, debe evaluarse la alternativa de utilizar nuevos medicamentos.
Cuando la leucemia mieloide crónica está respondiendo bien al tratamiento, tres meses después de su inicio, el paciente debe tener:
- Una respuesta hematológica completa (CHR), y
- Algún tipo de respuesta citogenética, y/o
- Una reducción del número de copias de BCR -ABL en la prueba de PCR en un 90% o más
Si el tratamiento está surtiendo efecto, 18 meses después de iniciar el tratamiento, el paciente debe tener:
- Una respuesta hematológica completa (CHR), y
- Una respuesta citogenética completa (CCyR), y/o
- Una respuesta molecular mayor (MMR)
¿Qué tan efectivos suelen ser los tratamientos?
La American Cancer Society destaca los exitosos resultados que han alcanzado las personas con los diferentes tipos de terapia que existen actualmente.
Se calcula que alrededor del 70% de las personas tienen una respuesta citogenética completa (CCyR), es decir, que no se encuentran células con el cromosoma Filadelfia en la médula ósea dentro del primer año luego de iniciar terapia con el imatinib, “y la tasa de CCyR es incluso mayor con otros inhibidores de la tirosina cinasa (TKI). Después de un año, incluso más pacientes habrán tenido una CCyR. Muchos de estos pacientes también tienen una respuesta molecular completa (CMR)”, aseguran.
Pese a estas alentadoras cifras,se recomienda a los pacientes a quienes no se les puede detectar el gen BCR- ABL mientras están en tratamiento, mantener la toma de un TKI debido a que no está claro si estan completamente curados.
En algunos casos, especialmente cuando se ha demostrado una respuesta adecuada y de larga duración (de 2 o 3 años), el médico tratante podría sugerir suspender temporalmente la terapia mientras se realiza un seguimiento riguroso con análisis de sangre para saber si regresa la CML.
Estudios clínicos
Algunas investigaciones que se han adelantado destacan que “cerca de la mitad de estos pacientes puede suspender el tratamiento sin que regrese la CML. Otra opción puede ser bajar la dosis del TKI, lo que puede reducir los efectos secundarios”, señala la American Cancer Society.
Asimismo, en casos en los que la CML regresa después de suspender o bajar la dosis del TKI, retomar el tratamiento original ha demostrado buenos resultados.
¿Qué hacer cuando el tratamiento no responde adecuadamente?
En este caso, el paciente cuenta con diferentes opciones.
- Aumentar la dosis del medicamento. (Deben vigilarse los efectos secundarios)
- Cambiar a otro inhibidor de la tirosina cinasa (TKI).
- Intentar el interferón o la quimioterapia (quimio), particularmente cuando no pueden tomar TKI o cuando éstos no surten efecto.
- El trasplante de células madre es una alternativa cuando hay un donante que tiene tejido compatible.
Fase acelerada
En este punto, el paciente ya podría presentar algunos síntomas debido a que las células de la leucemia adquieren nuevas mutaciones genéticas, comienzan a acumularse en el cuerpo rápidamente, lo que en algunos casos puede reducir la eficacia de los tratamientos.
Las alternativas en esta fase de la enfermedad dependen de los tratamientos que haya tenido anteriormente y los pacientes con CML en fase acelerada son menos propensos a tener una respuesta a largo plazo a cualquier tratamiento.
Cuando el paciente no ha recibido terapia previamente, suele utilizarse un TKI, siendo el imatinib la opción más utilizada, sin embargo, suele suministrarse en dosis mayores que las que se usan para la CML en fase crónica.
Algunos medicamentos más recientes, como el dasatinib y el nilotinib, se usan a menudo en esta fase, y otros medicamentos están bajo estudio.
“Si el paciente ya se encuentra recibiendo imatinib, se debe aumentar la dosis de este medicamento. Otra opción es cambiar a uno de los otros inhibidores de la tirosina cinasa (TKI). Algunas veces se realizan pruebas a las células de CML para determinar si tienen cambios genéticos (mutaciones), lo que puede significar que cierto TKI probablemente sea más o menos eficaz. En la CML que no presenta esta mutación, el ponatinib es una opción después de que se haya intentado con todos los demás TKI”, destaca la American Cancer Society.
Un alotrasplante (alogénico) de células madre puede ser una buena alternativa, especialmente para pacientes jóvenes y saludables.Sin embargo, se espera que para este procedimiento la leucemia esté bajo control, por lo que en algunos casos, puede acudirse al uso de quimioterapia.
Fase blástica
En esta fase de la CML:
- Las células de la leucemia se vuelven más anormales.
- La enfermedad actúa como una leucemia aguda.
- Aumentan los recuentos de células sanguíneas
- Los síntomas aparecen o empeoran.
La alternativa para las personas con CML que no han sido tratadas antes, puede ser el imatinib en dosis altas, sin embargo, ha resultado ser efectivo en un bajo porcentaje de casos y durante periodos más cortos que cuando se utiliza en etapas más tempranas.
«Los TKI más recientes, como dasatinib, nilotinib, y bosutinib, parecen ser mejores en esta fase, particularmente si no han sido utilizados anteriormente. Puede que se use el ponatinib, pero solo después de que se haya intentado con todos los demás TKI. Los pacientes que responden a estos medicamentos tal vez quieran considerar un trasplante de células madre, si es posible», destaca la American Cancer Society.
También resulta importante destacar que el alotrasplante de células madre tiene menos éxito en esta fase de la enfermedad que en las fases más tempranas, y la tasa de sobrevivencia a largo plazo es menor de un 20%. Sin embargo, sigue siendo la única opción conocida para tratar de curar la enfermedad.
Con información American Cancer Society