La enfermedad de injerto contra huésped: una complicación del trasplante de médula ósea
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La enfermedad de injerto contra huésped (EICH) es una complicación grave que puede presentarse en pacientes sometidos a un trasplante de médula ósea alogénico, es decir, cuando las células madre provienen de un donante.
En entrevista con BeHealth, el Dr. Alexis Cruz, hematólogo oncólogo, aseguró que “aproximadamente entre el 40 % y el 50 % de los pacientes que reciben este tipo de trasplante desarrollan la enfermedad”.
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¿Por qué se produce la EICH?
Cuando un paciente recibe un trasplante de médula ósea alogénico, su sistema inmunológico es reemplazado por el del donante. Sin embargo, este nuevo sistema inmunológico puede reconocer las células del receptor como extrañas y atacarlas, generando la enfermedad.
“Es una respuesta inmunológica en la que el sistema inmunológico del donante ataca las células normales del paciente”, explica el Dr. Cruz.
Existen diversos factores que pueden aumentar el riesgo de desarrollar la EICH. Entre ellos, el especialista menciona la incompatibilidad sanguínea entre el donante y el receptor, el grado de compatibilidad (un donante 100 % compatible tiene menos riesgo de generar la enfermedad que uno con menor compatibilidad) y la cantidad de linfocitos infundidos en el paciente durante el trasplante.
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Tipos de enfermedad de injerto contra huésped
La EICH se presenta en dos formas principales:
- Aguda: se manifiesta en los primeros 100 días posteriores al trasplante y afecta principalmente la piel, el tracto gastrointestinal y el hígado.
- Crónica: aparece después de los 100 días y puede afectar cualquier parte del cuerpo, incluyendo los ojos, la boca y el área genital.
“En la fase crónica, se generan anticuerpos contra las células del paciente, lo que puede afectar múltiples órganos y tejidos”, señala el Dr. Cruz.
Tratamientos disponibles y cómo se diagnostica
El tratamiento de la EICH varía según su gravedad. De acuerdo con el entrevistado, los esteroides son la primera línea de tratamiento y pueden administrarse por vía oral, tópica o intravenosa. Además, existen terapias dirigidas, como el Ruxolitinib, el Ibrutinib y el Belumosudil, que ayudan a modular el sistema inmunológico sin necesidad de inmunosupresión generalizada.
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Detectar la EICH a tiempo es clave para su manejo efectivo. El Dr. Cruz asegura que, durante el primer mes posterior al trasplante, los pacientes son monitoreados a diario en el hospital. Luego, el seguimiento es semanal en los primeros tres meses y, posteriormente, las visitas pueden ser mensuales o trimestrales.
“El seguimiento constante con exámenes detallados permite detectar cualquier signo temprano de la enfermedad y ajustar el tratamiento de inmediato”, enfatiza el Dr. Cruz.
Un enfoque multidisciplinario
El manejo de la EICH requiere un equipo de especialistas, incluyendo hematólogos, oncólogos, gastroenterólogos, dermatólogos y oftalmólogos, entre otros. Además, el apoyo de trabajadores sociales y psicólogos es fundamental para el bienestar del paciente y su familia.
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Para quienes enfrentan esta enfermedad, organizaciones como la Leukemia and Lymphoma Society ofrecen apoyo y orientación gratuita a través de su sitio web www.lls.org o su línea de atención 1-800-955-4572.
“Espero que esta información sea útil para quienes la necesiten”, concluye el Dr. Cruz.