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Anna Di Marco, pionera de la salud femenina con el Centro de Cáncer de la Mujer en Ponce 

Desde el comienzo de su formación académica en el campo salubrista,  Anna Di Marco se interesó por la oncología. 

Sin embargo, no fue hasta que fungió como aprendiz en la clínica de mujeres en el Moffit Cancer Center, en Tampas, que decidió fundar el primer centro de cáncer dedicado a la salud femenina en Puerto Rico.    

“Era un ambiente bien empático, bien conmovedor, lleno de amor y muy diferente, parecía un spa. Yo encontré que este ambiente completamente diferente cambiaba la cara del cáncer y el tratamiento a las mujeres. Por eso, decidí hacer el primer centro de cáncer solo para mujeres en Puerto Rico, aquí en Ponce”, expresó Di Marco para BeHealth. 

Desde la fundación del Centro de Cáncer para la Mujer en 2013, la hematóloga oncóloga ha impactado las vidas de miles de pacientes con los tratamientos oncológicos más innovadores. 

Pero, la doctora tiene la mayor herramienta de trabajo: su empatía. Di Marco trabaja incansablemente por la salud y bienestar de vida de sus pacientes y se aferra a su fe para brindar su mejor servicio. 

“Si uno trabaja con Dios en el corazón, con amor en el corazón y trata de cambiarle la cara a la palabra “cáncer” en positividad, lucha y esfuerzo, eso le cambia la vida a cualquiera. Ha cambiado mi vida y cambiará la tuya cuando decides enfrentar el cáncer con positividad”, indicó la especialista sobre su visión laboral con sus pacientes. 

Aunque acepta que ser mujer dentro del campo salubrista trae consigo barreras, Di Marco ha trabajado para derribarlas.

 La especialista aseguró que ha atravesado situaciones en que las pacientes dudan de su capacidad por ser mujer, ya que se entiende que el hombre médico tiene mayor conocimiento. No obstante, con su trabajo y conocimiento se ha ganado el respeto y reconocimiento de los pacientes. 

“Ha sido  un poco difícil luchar con el pensamiento de “mujer médico” versus hombre médico, especialmente en el área sur que hay tantos oncólogos masculinos, pero todas estas barreras se han ido rompiendo poco a poco mientras los hombres y las mujeres van conociendo más a sus doctoras”, resaltó la hematóloga oncóloga. 

El mayor premio: Los lazos de amistad con sus pacientes 

A preguntas de cuál ha sido su mayor logro profesional, la hematóloga oncóloga destacó el tener la oportunidad de cruzar las barreras y convertirse en amiga de sus pacientes.  

La especialista ha desarrollado un lazo de amistad, comunicación, confianza y empatía con las pacientes que acuden a su clínica. Su meta es que salgan fortalecidas y empoderadas de sus tratamientos médicos. 

“El logro más grande como hematóloga oncóloga ha sido convertirme en amiga de mis pacientes. Ser esa persona que te aguanta la mano mientras estás pasando por el momento más oscuro de tu vida y luchas juntas, mes a mes, contra el cáncer ha sido el logro más grande que yo puedo experimentar como hematóloga oncóloga”, expresó Di Marco.   

Para Di Marco, la mayor distinción es ver a sus pacientes superar el cáncer y salir empoderadas del proceso.

 “Para mí, cada vez que una de mis pacientes toca la campana de que está “cancer free” y terminó su quimioterapia ese es el logro más grande. Aquí, se hacen tantos milagros con los medicamentos  de inmunoterapia y quimioterapia más sofisticados, pero también con la presencia del Señor”, puntualizó la especialista.  

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