Sencillos consejos para los padres de niños con leucemia
La leucemia es una condición oncológica que no distingue edad. Sí, así como lo lees, podría afectar a cualquier persona, incluso a los más pequeños de la casa y muchas veces sus padres o cuidadores no saben cómo manejar esta condición y por eso en BeHealth te traemos algunos consejos que puedes seguir para aprender a manejar a los infantes con la enfermedad.
Lo primero que debes saber es que la leucemia linfocítica aguda (linfoblástica) se presenta con mayor frecuencia en los menores de edad. De hecho, de acuerdo con la American Cancer Society, alrededor de 3 de 4 leucemias en niños son leucemia linfocítica aguda (ALL, por sus siglas en inglés). Estas leucemias se originan en formas muy jóvenes de glóbulos blancos llamados linfocitos.
Preguntas al doctor
Cuando vaya al médico con su pequeño, recuerde hacerle algunas preguntas base que le permitirán conocer a mayor profundidad la enfermedad que padece su hijo. A continuación, algunos ejemplos:
- ¿Por qué considera usted que mi hijo tiene leucemia?
- ¿Existe la posibilidad de que mi hijo no tenga leucemia?
- ¿Podría por favor anotarme el tipo de leucemia que usted considera que mi hijo podría tener?
- ¿Qué va a pasar luego?
Cuando estés en los chequeos rutinarios no escatimes en preguntarle al doctor todo sobre la condición que atraviesa tu hijo. Esto no solo les permitirá a los dos conocer más, sino que les ayudará a dominarla y así controlarla.
Síntomas que debes monitorear en casa
Ten en cuenta que en ocasiones la sintomatología de la leucemia podría confundirse con una gripe u otras patologías. Por esa razón, recuerda los indicios característicos de este trastorno oncológico:
- Fiebre
- Cansancio o debilidad
- Sensación de frío o se siente mareado
- Dolor en los huesos
- Piel más pálida
- Sangrado o hematomas más a menudo
- Dolores de cabeza
- El médico querrá saber
Tratamiento
Otro de los aspectos que debes recordar es que el tratamiento que le aplicarán a tu pequeño dependerá del tipo de leucemia al que se enfrenta. Además, inciden factores como la edad, la efectividad del mismo en la enfermedad que sufre el infante y el aval de los padres tras conocer la sintomatología adversa que estos remedios podrían causar en los niños.
Sin embargo, te dejamos algunas de las opciones terapéuticas más comunes para esta patología.
- Quimioterapia
- Medicamentos de terapia dirigida
- Inmunoterapia
- Quimioterapia de dosis alta y trasplante de células madre
- Cirugía
- Tratamientos con radiación
Te invitamos a que te informes lo más que puedas sobre este tipo de tratamientos, te ayudará a empaparte del tema y cuando estés frente al especialista podrás evaluar junto con él la mejor opción para la recuperación de tu pequeño.
Aunque el principal consejo es mantener una estricta comunicación con tu hijo para evaluar su estado físico y anímico, así como entablar línea directa con el doctor para saber todo sobre la condición, existen algunos tips de alimentación que podrías incluir.
Tips de alimentación
Habla con tu doctor y cuéntale qué le parece este plan alimenticio para tu pequeño con leucemia:
Realizar por lo menos 5 comidas al día: desayuno, media mañana, almuerzo, merienda y cena (¡por lo menos!). Estos platos deben tener poco volumen, pero ser muy nutritivos.
● En el almuerzo y la cena los platos tienen que ser completos y contener verduras, hidratos de carbono (cereales, legumbres, arroz, pasta, etc) y proteínas (carne, pescado o huevos). Una opción agradable es preparar un plato único tipo buddha bowl. Sería como un plato combinado saludable.
● Tenemos que intentar cocinar los platos de forma sencilla para facilitar la digestión y conservar todas las propiedades, vitaminas y minerales de los alimentos. Menos fritos y más alimentos cocinados al vapor, hervidos, al horno.
● Se recomienda el consumo moderado de grasas, especialmente las de origen animal. Mejor que comer carne roja, consumir carnes magras o blancas como el pollo, el pavo, o pescado.
● Tienes que beber mucho líquido. Por lo menos 6 vasos al día de agua, infusiones, zumos. Y dejar de lado las bebidas azucaradas y gaseosas. Y, si puede ser, mejor tomarlas entre las comidas.
● ¡Ojo con la manipulación de los alimentos! Nada de no pelar la fruta y la verdura. Hay que lavarlas muy bien y conservar los alimentos de forma adecuada y no durante mucho tiempo.