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“Vivo por la enfermería”: la emotiva historia del enfermero oncológico Radamés Rivera

Vocación, ese es el término que define a Radamés Rivera Irizarry, un enfermero oncológico puertorriqueño de 37 años que se desvive por ayudar a los pacientes diagnosticados con algún tipo de cáncer en la isla y que, en diálogo con BeHealth, contó todo lo relacionado a su profesión.

Radamés, quien lleva varios años ejerciendo la enfermería oncológica, dice que si volviera a nacer escogería una y otra vez este valioso oficio que le permite a los pacientes con cáncer llevar una vida más amena cuando tratan su enfermedad.

“Yo me levanto todos los días con una sonrisa y si pudiera volver a nacer diez veces o cien veces, volvería a ser enfermero. Y si tuviera  que cambiar de profesión, sería médico, pero no hay quien me saque de esta área, vivo por la enfermería, vivo por la salud y por ayudar a las demás personas”, expresó Radamés a este portal.

Su amor hacia las personas que atiende es de tal magnitud que, incluso, asegura que “cuando el paciente fallece es algo bien difícil, me entrego tanto que es como si muriera un familiar mío”, agregó. Además, en su diálogo con BeHealth, el enfermero asegura que trata a sus pacientes como «seres holísticos», a los que no solo atiende de manera física, sino que propende por el ámbito psicoafectivo.

Amor por la enfermería

Los mismos pacientes que Radamés atiende le dicen que les gusta su servicio y la manera de tratarlos, por lo que él se levanta todos los días con la motivación de ayudar a quienes se enfrentan a un duro diagnóstico como cáncer de mama o de próstata, los cuales, dice el enfermero, son los que más atiende en el Ponce Hematology Oncology and Advance Research.

“Trato de dar lo mejor de mí todos los días y las personas me dicen ‘mira, me gusta tu trato, me gusta la manera que nos haces sentir en familia’. Trato de estar en cada paso que vayas a dar, lo que necesitas, aquí estoy y dar esa palmadita, esa mirada, esa sonrisa”, dice orgulloso.

¿Qué los diferencia de un enfermero generalista?

Quizá mientras lee esta historia se pregunte las diferencias entre un enfermero oncológico y uno general, es decir, aquellos que regularmente están en las salas de emergencias y las demás áreas de un hospital. De acuerdo con Rivera Irizarry, las principales desemejanzas están relacionadas a los conocimientos que poseen cada uno:

“El enfermero oncológico se distingue del otro tipo de enfermero porque nuestros estudios tanto teóricos y clínicos están basados en el paciente de cáncer y trabajamos de la mano y en conjunto con los doctores hematólogos oncólogos”, menciona.

En ese sentido, precisa el enfermero, quienes como él se desempeñan en esa profesión están para “brindarle el apoyo tanto al paciente como a todas las personas que están a su alrededor”, precisa el enfermero. Sin embargo, eso va estrictamente relacionado a los conocimientos que estos profesionales adquieren en las universidades y academias donde se formaron.

“Nosotros tomamos estudios más avanzados relacionados directamente a lo que es el cáncer: cómo vamos a trabajar con  los pacientes que padecen este tipo de condiciones, sus tratamientos, que no se les bajen las defensas, la hemoglobina, que el paciente no se deshidrate, todo ese tipo de cosas tenemos que estar pendientes. Sin la experiencia adecuada, pueden pasar estos detalles desapercibidos”, explicó.

¿Cuál es el rol durante el tratamiento?

Uno de los principales objetivos de los enfermeros especializados en oncología es evitar que los pacientes relacionen el tipo de cáncer que padecen con la muerte. Según Radamés, los avances médico científicos han permitido que, cada vez más, se disminuya la mortalidad de quienes se diagnostican con estas patologías.

“Junto a todo el personal de salud estamos con el conocimiento y a la vanguardia de cada condición, no es solamente tener un certificado, tenemos que cumplir con unas horas para poder revalidar esa certificación de oncología. Nosotros tenemos que cumplir con más horas que el enfermero generalista”, menciona.

Cabe mencionar que cuando Radamés dice que los enfermeros oncológicos deben cumplir con más horas que un enfermero general, se refiere al número de créditos adicionales que cursan durante la formación académica: no son solo 30 horas, sino 40. Todo depende del tipo de especialidad en la que el profesional de esta arista del conocimiento quiera enfocarse.

La práctica clínica del entrevistado es bastante movida, según sus mismas palabras, al día logra atender 30 pacientes y “hubo una semana la cual vimos 136 pacientes”, añadió.

Mensaje de aliento

Radamés considera que los enfermeros oncológicos son “instrumentos de Dios” y que quienes padecen cualquier enfermedad deben refugiarse en la fe para salir avantes de estas situaciones, además, les recuerda que ellos están “para servirles, nosotros somos su bastón, somos su aliento, mis pacientes saben que lloramos, reímos juntos para poder sobrellevar todo esto” y finaliza:

“Con la ayuda de Dios pueden salir adelante, nosotros somos un instrumento de Dios. Aquí el maestro por excelencia es Él y aquí estamos nosotros como un instrumento de él, somos su marioneta y estamos ahí para ayudar a esa persona”, concluyó en diálogo con BeHealth.

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