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Vivir con cáncer de próstata

Cuando se recibe un diagnóstico de cáncer, es ciertamente importante obtener las mejores y más actualizadas intervenciones y terapias. Pero en la rutina diaria, uno se enfrenta a una serie de dudas e incertidumbres, por ejemplo, sobre la actividad física, la sexualidad, la apariencia, el sueño, la nutrición, etc. Aquí te compartimos algunas recomendaciones para una mejor calidad de vida.

Pensar en positivo

Cuando se afronta una enfermedad grave, también es esencial tener un enfoque mental adecuado. Pensar en positivo puede ayudar al cuerpo a afrontar mejor el tratamiento. A veces se sentirá fatigado y apático. Esto es normal, al igual que la alternancia de días en los que se siente bastante bien y otros en los que el desánimo se apodera de uno. 

En estos casos, no dude en buscar ayuda psicológica especializada. Con demasiada frecuencia, las personas no buscan la ayuda de un psicólogo por miedo a mostrar los aspectos más vulnerables de sí mismas.

Nutrición

Durante la terapia contra el cáncer, el cuerpo se encuentra en una situación física particular que afecta al apetito, la ingesta de alimentos, el funcionamiento del sistema digestivo y la asimilación de nutrientes. 

Algunas terapias (por ejemplo, la quimioterapia) también pueden ir acompañadas de efectos secundarios que afectan a la ingesta de alimentos: náuseas y vómitos, infección de las mucosas, diarrea o estreñimiento, dolor de estómago. La fatiga, la debilidad y el estado mental pueden provocar igualmente la falta de apetito. Sin embargo,  hay que hacer todo lo posible por mantener una dieta equilibrada mediante:

  • Una dieta basada en plantas (verduras, frutas, legumbres, granos enteros).
  • Alimentos con bajo contenido en grasas y sal.
  • Mantenga un peso saludable.

Así logrará conservar su fuerza y energía, a mantener los tejidos del cuerpo sanos y a mantener un peso corporal saludable.

Actividad física

Varios estudios científicos han demostrado que la calidad de vida mejora al superar activamente la fatiga, esa sensación de cansancio, agotamiento y falta de energía que acompaña al cáncer. La actividad física regular parece mejorar el pronóstico de la enfermedad y la esperanza de vida, y también puede ayudar a reducir el riesgo de recurrencia y aumentar la supervivencia.

No hace falta ser un atleta para disfrutar de estos beneficios. Basta con media hora al día. Hacer un ejercicio más intenso, como bailar o ir al gimnasio, aporta beneficios adicionales.

Sueño

Un buen descanso nos ayuda a afrontar el día y a mejorar el ánimo. Por otro lado, un sueño insuficiente puede provocar que la persona se sienta cansada e irritable. La necesidad de descanso de cada persona es diferente, pero es importante que todos duerman la cantidad y la calidad adecuadas. El diagnóstico de cáncer de próstata puede provocar alteraciones del sueño debido al estrés y la ansiedad.

Recomendaciones que pueden ayudarle a dormir mejor

  • Establezca un horario de sueño como una rutina: acuéstese y levántese a la misma hora todos los días.
  • Acuéstese cuando aparezcan los primeros signos de somnolencia.
  • Evite dormir durante el día si tiene problemas de insomnio. No es aconsejable hacer una siesta, pero si fuera necesario, no más de 20 minutos.
  • Realice alguna actividad relajante hasta que aparezca el sueño, como leer, escuchar música, técnicas de relajación, baños calientes, beber un vaso de leche caliente, etc.

Sexualidad

Un efecto secundario muy conocido del cáncer de próstata es la disfunción sexual. Las consecuencias negativas de los tratamientos tienen un impacto negativo en la vida sexual del hombre.

Los diversos tratamientos son susceptibles de provocar trastornos diferentes: problemas de deseo sexual, insatisfacción sexual y disfunción eréctil. Estos trastornos tienen un gran impacto físico, emocional y sexual, que afecta negativamente a la calidad de vida.

En este sentido, la disfunción afecta a la autoestima, a los aspectos de la vida íntima y a la relación con la pareja.

Una evaluación metódica y evolutiva por parte del médico resulta necesaria para adaptar las medidas terapéuticas adecuadas, puesto que existen fármacos y procedimientos que pueden favorecer la respuesta a la disfunción.

Es aconsejable hablar abiertamente del problema con los profesionales de la salud para encontrar el apoyo y el asesoramiento necesarios. 

Apoyo social y emocional

Un diagnóstico de cáncer de próstata es un evento estresante en la vida de cualquier persona, que puede tener un impacto significativo en la calidad de vida. La aparición de ansiedad, miedo, cambios de humor y depresión, entre otros, se suman a los problemas físicos relacionados con los efectos secundarios del tratamiento, como la incontinencia urinaria y la disfunción eréctil.

La pérdida de masculinidad percibida puede afectar a las relaciones y a la autoestima. El cáncer de próstata puede afectar a muchos aspectos de la vida, tanto personales como laborales y sociales. Por eso es importante recibir apoyo psicológico, individualmente o en pareja, cuando los recursos habituales de la vida no son suficientes.

Una forma de intentar evitar que aumenten los sentimientos de malestar y ansiedad es informarse lo máximo posible sobre la enfermedad, el tratamiento y los efectos secundarios.

Una buena comunicación con el personal sanitario, la pareja y la familia puede ser la clave para lograr la tranquilidad y la sensación de control.

También existen comunidades de apoyo que le dan la oportunidad de hablar y pasar tiempo con otros hombres que comprenden por experiencia propia su situación.

Fuente: Clinic Barcelona

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