Diez propósitos de año nuevo para prevenir el cáncer
Una de cada cinco personas en el mundo desarrollará cáncer a lo largo de su vida. Sin embargo, muchas formas de esta enfermedad se pueden prevenir adoptando hábitos saludables y promoviendo cambios en el entorno. A continuación, te presentamos diez propósitos prácticos y basados en evidencia científica para comenzar el año cuidando tu salud y la de quienes te rodean.
1. Espacios libres de humo de tabaco
Dejar de fumar y evitar el uso de cigarrillos electrónicos son pasos fundamentales. El tabaco está relacionado con más de veinte tipos de cáncer. Además, convertir el hogar en un espacio libre de humo protege tanto a fumadores como a quienes están expuestos al humo de manera pasiva.
2. Moderar o eliminar el consumo de alcohol
No existe un nivel seguro de consumo de alcohol, ya que este incrementa el riesgo de varios tipos de cáncer. En lugar de alcohol, prioriza el agua potable. También se recomienda evitar las bebidas azucaradas, que contribuyen a otros problemas de salud.
3. Incorporar actividad física diaria
Ser físicamente activo reduce el riesgo de desarrollar cerca de veinte tipos de cáncer. Intenta moverte a diario y limitar el tiempo sedentario frente a pantallas. La actividad física no solo previene enfermedades, sino que también mejora la calidad de vida en general.
4. Optar por una alimentación más saludable
Reducir el consumo de carnes rojas, embutidos y alimentos ultraprocesados es clave para una dieta equilibrada. Prioriza alimentos naturales o caseros, como frutas, verduras, leguminosas y cereales integrales. Cocinar en casa puede ayudarte a controlar mejor lo que comes y garantizar opciones más saludables.
5. Consumir bebidas a temperaturas moderadas
Beber líquidos excesivamente calientes puede aumentar el riesgo de cáncer de esófago. Asegúrate de consumir bebidas como el café, té o mate cuando estén a una temperatura que no queme los labios ni la lengua.
6. Promover la lactancia materna
La lactancia materna no solo beneficia a los bebés, sino que también ayuda a prevenir el cáncer de mama en las madres. Cuantos más meses se prolongue, mayores serán los beneficios para ambos.
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7. Realizar chequeos y pruebas de detección
Los cribados son una herramienta clave para la detección temprana de ciertos tipos de cáncer:
- Cáncer de colon y recto: Desde los 50 hasta los 74 años, realiza pruebas como sangre oculta en heces cada dos años o colonoscopias al menos una vez en la vida.
- Cáncer de mama: Desde los 40 años, considera un examen clínico mamario cada dos años. A partir de los 50, complementa con mamografías hasta los 74 años.
- Cáncer cervical: Mujeres de 30 a 64 años pueden realizarse una prueba de detección del virus del papiloma humano (VPH) cada 5 a 10 años.
8. Completar los esquemas de vacunación
Si no cuentas con ellas, vacúnate contra la hepatitis B, y para niños y adolescentes de tu familia, asegura la vacunación contra el virus del papiloma humano (VPH). Estas vacunas previenen infecciones asociadas a ciertos tipos de cáncer.
9. Practicar sexo seguro
El uso correcto del preservativo ayuda a prevenir infecciones por virus relacionados con el cáncer, como el VPH y el VIH. También es importante realizar pruebas regulares de detección de estas infecciones y conocer los programas de prevención disponibles en tu región.
10. Consultar antes de usar terapias hormonales
Evita el uso de terapias de reemplazo hormonal para la menopausia, salvo que sean estrictamente recomendadas por un médico. Este tipo de tratamientos puede incrementar el riesgo de cáncer de mama.
Más allá de las decisiones personales
Además de los esfuerzos individuales, las políticas públicas son fundamentales para facilitar hábitos saludables. Algunas de las medidas más efectivas incluyen:
- Desincentivar el consumo de tabaco, alcohol y alimentos ultraprocesados mediante impuestos, etiquetado claro y restricciones publicitarias.
- Crear entornos saludables en escuelas, oficinas y espacios públicos, promoviendo el acceso a agua potable, alimentos saludables y actividades físicas.
- Asegurar el acceso a programas de detección temprana y vacunación para todos los sectores de la población.
Comenzar el año con estos propósitos no solo puede reducir significativamente el riesgo de cáncer, sino que también contribuye a una mejor calidad de vida. La prevención está al alcance de todos y cada pequeño cambio cuenta.
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