Criterios para diagnosticar mieloma y nuevos tratamientos
Durante el evento de la Leukemia & Lymphoma Society, titulado «Mieloma en el punto de mira», el Dr. Craig Emmitt Cole, profesor adjunto de la División de Hematología y Oncología de la Facultad de Medicina Humana de la Universidad Estatal de Michigan y del Instituto del Cáncer Karmanos en McLaren Greater Lansing, abordó aspectos esenciales a tener en cuenta para comprender el mieloma múltiple y las opciones de tratamiento en la actualidad.
El especialista, quien ha estado trabajando con la LLS durante más de 10 años, precisó que el mieloma es un cáncer de las células plasmáticas, las cuales producen anticuerpos para ayudar a combatir las infecciones. Cuando esas células mutan ya no forman parte del sistema inmune y también producen anticuerpos no funcionales que se llaman proteínas monoclonales.
“El mieloma es un cáncer de la sangre y afecta al órgano productor de sangre normal, que es la médula ósea, lo que causa anemia”, precisó.
Estas células plasmáticas no solo afectan las células de la médula ósea, sino que también secuestran las células que disuelven el hueso para liberar calcio y esa disolución de las células óseas “causa el debilitamiento de los huesos y lesiones. A su vez, esto puede elevar el nivel de calcio en sangre a niveles peligrosos”.
Finalmente, esas células de mieloma productoras de proteínas pueden producir grandes cantidades de proteína M y cadenas ligeras que pueden sobrecargar los riñones y causar daño renal.
Por ende, según compartió el doctor, para el diagnóstico del mieloma se suelen usar cuatro criterios:
- Calcio alto
- Insuficiencia renal
- Anemia
- Destrucción ósea
Estadísticas actuales sobre el mieloma
El mieloma es el segundo cáncer de la sangre más frecuente este año, por detrás de los linfomas y los cánceres de los ganglios linfáticos. “Predecimos que se diagnosticará a unas 35.730 personas con esta enfermedad en el 2023 y que unas 138.000 personas viven con ella en Estados Unidos, lo que supone el doble de hace 15 o 20 años atrás”.
Es un cáncer de adultos. Suele diagnosticarse entre los 65 y los 75 años y, curiosamente, tiene una mayor incidencia en personas de ascendencia africana.
“Esta población tiene el doble de incidencia de mieloma en comparación con las personas de Europa y, a pesar de la investigación, no se ha descifrado el motivo”.
Pruebas para detectarlo
El hemograma es la prueba principal que se realiza para diagnosticar mieloma a través del análisis de los glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas. También se utiliza el CoMP, el cual mide los niveles de albúmina, calcio y creatinina y permite evaluar la función del riñón, el hígado, el estado óseo y la extensión de la enfermedad.
Existen otras pruebas que, por lo general, se utilizan solo una vez al momento del diagnóstico para la estadificación: el Beta 2 MicroG y el LDH (Lactato Deshidrogenasa). La primera permite determinar el nivel de proteína que indica la presencia o ausencia de mieloma múltiple y función renal, mientras que el LDH evidencia el nivel de producción de células de mieloma y su extensión.
Otras pruebas que se pueden realizar son:
- Proteína sérica EP: detecta la presencia y el nivel de proteína M=grado de mieloma.
- Inmunofijación: identifica el tipo de proteínas de anticuerpos anormales: IgG, IgA, etc.
- Cadena ligera libre: la prueba mide las cadenas ligeras libres (kappa o lambda) en sangre=grado de mieloma.
- Proteína EP en orina: detecta las proteínas de Bence-Jones (también conocidas como cadenas ligeras del mieloma) en orina (presentes o no presentes).
- Análisis de orina de 24 horas: determina la presencia y los niveles de proteína M y proteína de Bence Jones en la orina = grado de mieloma.
“Así que en lugar de hacer biopsias de médula ósea cada mes en un paciente podemos probar la punción que nos dice la cantidad de proteína que hay”.
Diagnóstico de mieloma
“Solíamos utilizar rayos x convencionales para detectar lesiones líticas punzantes, osteoporosis o fracturas en el 75% de los pacientes, y todavía usamos esa prueba de vez en cuando, pero ahora el PET/CT es una prueba realmente potente y más sensible (85%) para la detección de pequeñas lesiones óseas líticas”.
Asimismo, el diagnóstico se confirma cuando se encuentra más de 10% de afectación por células plasmáticas malignas.
En 2014, se descubrió que los pacientes que presentan más del 60% de células plasmáticas en la médula ósea, niveles elevados de cadena ligera libre y/o más de una lesión ósea en una exploración altamente sensible tienen un alto riesgo de desarrollar síntomas del mieloma múltiple. Por lo tanto, actualmente tratamos a los pacientes según los criterios SLiM.
“Sin embargo, aproximadamente el 10-20% de los pacientes no presentarán síntomas en absoluto. Para estos casos, utilizamos un tipo de criterio o definición, denominado mieloma en reposo, después de haber evaluado la médula ósea. Una de las pruebas importantes es determinar qué mutaciones causaron el mieloma en primer lugar. La principal prueba que utilizamos para detectar estas mutaciones es el análisis de FISH, que nos indica qué mutaciones se produjeron en la médula ósea y quién las causó. Esta información nos ayuda a clasificar a los pacientes en riesgo alto o estándar, siendo los de alto riesgo más difíciles de tratar y mantener”.
Tratamientos actuales del mieloma
La terapia para tratar el mieloma ha evolucionado significativamente en los últimos años. Anteriormente, se utilizaba principalmente quimioterapia, pero actualmente contamos con terapias más efectivas, como los fármacos inmunomoduladores (IMiDs) y anticuerpos monoclonales.
Estos fármacos no solo inhiben la proliferación celular, sino que también pueden reducir la formación de nuevos vasos sanguíneos que alimentan el tumor. Además, se están realizando ensayos clínicos con terapias específicas y terapias con células T CAR, que están mostrando resultados prometedores en el tratamiento del mieloma.
¿Cómo funcionan?
- Inhibición directa de la síntesis de ADN de las células de mieloma.
- Inhibición de la síntesis de vasos sanguíneos en la médula ósea.
- Inhibición de la adhesión entre el mieloma y las células estromales de la médula ósea.
- Inhibición de la liberación de las citoquinas IL-6, TNF-alfa e IL-1beta.
- Activación de las células asesinas naturales del organismo (células T), que atacan a las células del mieloma.