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*SobrevivientesLeucemia

Pedro se sometió a un trasplante de médula y venció una rara enfermedad sanguínea

Por si no lo sabías, la anemia de Diamond-Blackfan es un trastorno que afecta principalmente a la médula ósea. Las personas con esta afección, a menudo también tienen anomalías físicas que afectan varias partes del cuerpo, tal y como le sucedió a Pedro Juan Montes, un puertorriqueño de 36 años que fue diagnosticado con esta enfermedad desde que nació.

BeHealth conoció la historia de Pedro, quien no solo contó su experiencia con la condición, sino que también narró cómo le fue al someterse a un trasplante de médula ósea para mejorar la condición que lo aquejaba desde su primer día de vida. 

“Tuve un crecimiento, yo diría que normal, dentro de mi hogar, de mi entorno, tenía un poquito más de cuidados que mis hermanos y mis primos, pero siempre se me trató como como un nene normal”, expresó el paciente.

Sintomatología

La palidez y disnea, especialmente durante la alimentación o la lactancia, son los principales signos de alarma de esta rara enfermedad. Además, dice Pedro, los síntomas de dicha condición podrían envolver “mareo, náuseas, dolor de pecho, taquicardia, dolor de cabeza. Son diferentes síntomas según la persona”. Además, reveló los que él experimentó en su niñez.

“Cuando niño, los síntomas más frecuentes casi siempre eran la taquicardia, dolor de cabeza y empezaba a sangrar por la nariz”, agregó.

Tratamiento

En la anemia de Diamond-Blackfan, la médula ósea no funciona correctamente y no produce suficientes glóbulos rojos, que transportan oxígeno a los tejidos del cuerpo. Para contrarrestar su rara sintomatología se pueden aplicar dos principales enfoques terapéuticos: transfusiones regulares y terapia con corticosteroides a largo plazo. 

En el caso de Pedro, él se sometió a la ingesta de prednisona en “dosis muy altas” que, según el también ingeniero civil, “rindieron frutos por varios años, pero también me estaban haciendo daño en mis huesos, en mis órganos vitales y me estaban haciendo un doble efecto”.

Esta situación ocasionó que Pedro retuviera líquidos y le causara sobrepeso. Es decir, que el tratamiento le desarrolló algunos efectos adversos que hoy en día le dejaron ciertas secuelas.

“Ahora mismo ya estoy sufriendo de una necrosis vascular en mi cadera izquierda debido al uso de la prednisona y del esteroide por tanto tiempo”, comentó el hombre.

También tuvo que someterse a “transfusiones de sangre que se volvieron habituales. Empecé con una o dos transfusiones  cada tres meses, cada seis meses, pero ya en la etapa adulta ya era recurrente, ya era mensual que tenía que salir al hospital y transfundirme en cada visita que iba”, mencionó.

Llegó el trasplante de médula ósea

Un trasplante de médula ósea es un tratamiento médico que reemplaza la médula ósea por células sanas. Las células de reemplazo pueden proceder de su propio cuerpo o de un donante. Pedro se sometió a uno y le trajo óptimos resultados.

“Estuve con un hematólogo oncólogo que me refirió a un trasplantólogo aquí en Puerto Rico y en San Juan en el Hospital Auxilio Mutuo y el me avaló para ser candidato a trasplante de médula ósea para que la condición cesara”, dijo.

Fue así como Pedro Juan logró ser candidato para este procedimiento que mejoró significativamente su anemia de Blackfan Diamond: “Estoy en recuperación del trasplante, gracias al Señor todo me ha ido bien. He seguido las instrucciones del médico y siguiendo la dieta y los medicamentos que me dieron en el hospital para que el trasplante selle bien”, contó.

Exhortación

El paciente recibió una excelente noticia, pues luego de que se sometió al trasplante de médula ósea en febrero,”ya yo no tengo Diamond-Blackfan, mi exámen salió completamente limpio y mi médula está como si fuera una médula de una persona normal”.

Por esa razón, Pedro le envió un mensaje a quienes padecen condiciones similares a las de él para que salgan adelante, se aferren a su fe y superen las adversidades que podrían desencadenar la condición.

“Primeramente la fe, hace que ellos salgan adelante y no quedarse estancados porque tengan una enfermedad. Más allá de que vaya a un cáncer, porque nada es imposible para Dios. Él es el que tiene la última palabra en todo. A veces las condiciones nos arrastran a creer que nosotros no podemos hacerlo y que no vamos a salir de eso. Y eso es una gran mentira, porque yo aprendí a hacer mi vida normal como cualquier otra persona que no tiene una condición. Yo sabía que yo tenía mi condición, pero los demás no. Porque yo hice todo lo que era normal: yo jugué, corrí bicicleta, jugué pelota, hice todo lo que los niños hacían; en la adolescencia hice todo lo que un adolescente hacía y en la etapa adulta también. No hay ningún impedimento, con condición o sin condición, hay que vivir. Y yo le digo a la gente que ahora mismo está pasando por una condición que se puede vivir si ellos se lo proponen y si ponen la fe en Cristo”, recomendó. 

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