¿Cuál es la respuesta al tratamiento de la leucemia mieloide aguda?
Lograr una remisión completa es el objetivo de todo tratamiento para la leucemia mieloide aguda (AML). Esta remisión significaría que la médula ósea y los recuentos de células sanguíneas vuelvan a su nivel normal y se mantengan de esa manera.
De acuerdo con los datos de La Sociedad Americana Contra el Cáncer, 2 de cada 3 personas con esta condición que reciben quimioterapia de inducción estándar entran en remisión. Ello se logra cuando la médula ósea tiene menos de un 5% de células blásticas, los recuentos de células sanguíneas regresan al rango normal, y no hay otros signos o síntomas de la enfermedad.
Sin embargo, estas probabilidades de remisión dependen de cada persona y ciertos factores como la presencia de ciertos cambios genéticos o cromosómicos en las células leucémicas, así como la edad.
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En cuanto a esto, el portal señala que por lo general las personas mayores de 60 años tienen dificultad para tolerar el tratamiento intensivo y a menudo presentan esos cambios, vinculados a un pronóstico peor.
Si se logra la remisión, los pacientes generalmente reciben más quimioterapia para tratar de deshacerse de células leucémicas restantes. Hasta la mitad de los pacientes que reciben la consolidación tiene una remisión a largo plazo y pueden ser curados.
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En comparación con la leucemia mieloide aguda, la respuesta al tratamiento de las personas con leucemia promielocítica aguda (APL) tiende a ser mejor. Según las estadísticas, 9 de cada 10 personas con APL lograrán remisión con el tratamiento de inducción convencional.
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