Cáncer de próstata: ¿pueden aparecer alteraciones en la sexualidad?
Algunas de las terapias que se utilizan para tratar el cáncer de próstata pueden generar efectos secundarios o secuelas en el paciente que pueden llegar a afectar su salud sexual. Estas alteraciones se producen por los siguientes mecanismos:
Prostatectomía radical: rodeando la próstata, directamente cubriendo su superficie se encuentran unas estructuras denominadas bandeletas neurovasculares, encargadas de transmitir al pene señales nerviosas que producen su erección.
Cuando el paciente requiere cirugía y se extrae la próstata, estos nervios se pueden dañar; en otros casos, si el tumor se encuentra demasiado extendido puede incluso extraerse estas estructuras para asegurar la erradicación de la enfermedad, generando así una alteración en la señal nerviosa, lo que dificulta la adecuada erección del pene.
Radioterapia: el haz de radioterapia que se aplica sobre la próstata puede afectar por su proximidad a las bandeletas neurovasculares ocasionando problemas de disfunción eréctil.
Hormonoterapia: este procedimiento consiste en suprimir la producción de la hormona testosterona que tiene entre otras funciones la dilatación de los vasos sanguíneos del pene en el momento de la erección y el deseo sexual; en este caso, al suprimirse, se produce una disminución en la rigidez de la erección, lo que afecta en igual medida el deseo sexual.
Tipos de alteraciones sexuales que se pueden presentar
Algunos tratamientos que buscan controlar o erradicar el cáncer de próstata pueden generar efectos secundarios que llegan a interferir con la vida sexual del paciente. Entre los más comunes se destaca:
- Disminución de la rigidez de la erección o disfunción eréctil: esta es quizás la secuela más común que se produce en los pacientes que han tenido algún tipo de tratamiento contra el cáncer de próstata.
A los 5 años de la prostatectomía radical, un 71% de los pacientes refieren disfunción eréctil y a los 12 años, un 87%.
Esta alteración no suele presentarse cuando se han podido preservar las bandeletas neurovasculares y si han tenido una afectación leve, igual será el grado de disfunción eréctil.
En el caso de la prostatectomía radical, la disfunción eréctil se presenta inmediatamente después de la cirugía y, posterior a este procedimiento, el paciente puede presentar una recuperación dentro de los dos años siguientes. Contrario a lo que ocurre en la radioterapia, en donde el deterioro es progresivo desde el inicio del tratamiento.
- Alteraciones en la eyaculación: los pacientes pueden llegar a tener una ausencia de eyaculaciones debido a que el semen es una mezcla de líquidos que se produce en la próstata y en las vesículas seminales y tras la prostatectomía radical que consiste en la extirpación de la próstata y de las vesículas seminales, los hombres producirán un «orgasmo seco» cuando alcancen su máximo placer.
- Disminución del deseo sexual: El deseo sexual involucra factores psicológicos, ambientales y hormonales (testosterona).
En procedimientos como la hormonoterapia, donde se suprime la producción de testosterona, los efectos secundarios pueden reducir el deseo sexual.
Cambios en la forma del pene
- Reducción en el tamaño del pene. La cirugía de prostatectomía radical puede ocasionar un ligero acortamiento del pene (un promedio de 1 o 2 cm) como consecuencia de la retracción tras la retirada de la próstata y un proceso de fibrosis que se produce meses después del procedimiento.
- Curvatura de pene. Años después de la prostatectomía radical, en el pene puede aparecer de forma espontánea un proceso de cicatrización anómala y excesiva haciendo que se forme una placa en el interior del pene que le produce una curvatura.
Esta se conoce como enfermedad de Peyronie y suele presentarse en 1 de cada 6 pacientes intervenidos de prostatectomía radical.
Fuente: Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz