¿Cómo se desarrolla la leucemia?
Leucemia es un término que engloba una serie de enfermedades malignas, comúnmente denominadas «cánceres de la sangre»; se trata de hiperproliferaciones neoplásicas que afectan a las células madre hemopoyéticas, la médula ósea y el sistema linfático.
La leucemia se origina en la médula ósea, lugar donde se forman nuevas células sanguíneas. Los síntomas de la leucemia a menudo son causados por problemas en la médula ósea. A medida que las células leucémicas se acumulan en la médula, pueden sobrepasar en número a las células sanguíneas normales.
Existen muchos tipos de leucemia. Algunas formas de leucemia son más frecuentes en niños. Otras tienen lugar, principalmente, en adultos.
¿Cómo se forma la leucemia?
En general, se cree que la leucemia aparece cuando algunas células sanguíneas adquieren cambios (mutaciones) en el material genético o ADN. El ADN de una célula contiene instrucciones que le dicen lo que debe hacer. Habitualmente, el ADN le indica a la célula que crezca a cierto ritmo y que se muera en determinado momento. En la leucemia, las mutaciones indican a las células sanguíneas que continúen creciendo y dividiéndose.
Cuando esto sucede, la producción de células sanguíneas se descontrola. Con el tiempo, esas células anormales pueden desplazar a las células sanguíneas sanas de la médula ósea, lo que disminuye la cantidad de plaquetas, glóbulos blancos y glóbulos rojos sanos, y causa los signos y síntomas de la leucemia.
Algunos genes controlan cuándo crecen nuestras células, se dividen en nuevas células y mueren en el momento apropiado:
- A los genes que ayudan a las células a crecer, dividirse o a mantenerse vivas se les denominan oncogenes.
- Los genes que ayudan a mantener el control de la división celular o que provocan que las células mueran en el momento oportuno se llaman genes supresores de tumores.
El cáncer puede ser causado por mutaciones en el ADN (u otros tipos de cambios) que mantienen activados a los oncogenes, o que desactivan los genes supresores de tumores. Estos cambios genéticos pueden ser heredados de uno de los padres (como es algunas veces el caso con las leucemias infantiles), o puede que surjan aleatoriamente durante la vida de una persona si las células en el organismo cometen errores cuando se dividen para formar nuevas células.
Un tipo común de cambio en el ADN que puede dar lugar a la leucemia se conoce como translocación cromosómica. El ADN humano está empacado en 23 pares de cromosomas. En una translocación, el ADN de un cromosoma se desprende y se une a un cromosoma diferente.
El punto en el cromosoma donde ocurre el desprendimiento puede afectar los oncogenes o los genes supresores de tumores. Por ejemplo, una translocación vista en casi todos los casos de leucemia mieloide crónica (CML) infantil y en algunos casos de leucemia linfocítica aguda (ALL) infantil es un intercambio de ADN entre los cromosomas 9 y 22, lo que conduce a lo que se conoce como cromosoma Filadelfia.
Esto crea un oncogén conocido como BCR-ABL que ayuda a las células de la leucemia a crecer. También se han descubierto en leucemias infantiles muchos otros cambios en cromosomas o en genes específicos.
Mutaciones hereditarias vs. mutaciones genéticas adquiridas
Algunos niños heredan mutaciones del ADN de uno de sus padres que pueden aumentar su riesgo de padecer cáncer. Por ejemplo, una afección llamada síndrome de Li-Fraumeni, que resulta de una mutación hereditaria del gen supresor de tumores TP53, aumenta el riesgo individual de padecer leucemia, así como algunos otros tipos de cáncer.
Ciertas afecciones hereditarias pueden aumentar el riesgo de padecer leucemia, pero la mayoría de las leucemias en niños no parece ser causada por mutaciones hereditarias. Por lo general, las mutaciones del ADN relacionadas con la leucemia se desarrollan después de la concepción, en lugar de ser hereditarias. Algunas de estas mutaciones adquiridas podrían ocurrir temprano, incluso antes del nacimiento. En casos poco comunes, las mutaciones adquiridas pueden resultar de la exposición a la radiación o a sustancias químicas que causan cáncer, pero con más frecuencia ocurren sin razón aparente.
Combinaciones de factores genéticos y ambientales
Algunos estudios han sugerido que muchas leucemias infantiles pueden ser causadas por una combinación de factores genéticos y ambientales. Por ejemplo:
Ciertos genes normalmente controlan la manera en que nuestro cuerpo descompone y elimina las sustancias químicas perjudiciales. Algunas personas tienen versiones diferentes de estos genes que los hacen menos eficaces. Es posible que los niños que heredan uno de estos cambios genéticos no puedan descomponer sustancias químicas perjudiciales cuando están expuestas a ellas. La combinación de los factores genéticos y la exposición pueden aumentar su riesgo de leucemia.
Algunas investigaciones sugieren que algunas leucemias infantiles podrían ser causadas por una combinación de ciertos cambios genéticos que ocurren muy temprano en la vida junto con estar expuestos a ciertos virus más tarde de lo normal. Esta «infección retrasada» (más o menos después del primer año de la vida) podría afectar el sistema inmunitario de una manera que conduzca a leucemia.
Fuentes: Mayo Clinic y American Cancer Society