Según las nuevas directrices del Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de Estados Unidos, las mujeres deberían hacerse una mamografía cada dos años a partir de los 40 años, lo que representa una reducción significativa en comparación con las recomendaciones previas. Anteriormente, se sugería que las mujeres comenzaran a realizarse exámenes de detección cada dos años a más tardar a los 50 años, con la opción de considerarlos a partir de los 40 años después de una consulta médica.
Este cambio, que fue publicado por primera vez como borrador el año pasado, surge como respuesta al aumento de las tasas de cáncer entre mujeres de 40 años, así como a la evidencia que demuestra que las mamografías tempranas pueden salvar vidas. De acuerdo con datos del Instituto Nacional del Cáncer, la tasa de cáncer de mama entre mujeres de 40 a 49 años aumentó un promedio del 2% anualmente de 2015 a 2019.
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La Dra. Wanda Nicholson, presidenta del grupo de trabajo, señala que este aumento en la incidencia del cáncer de mama entre mujeres de 40 años subraya la importancia de la mamografía en este grupo demográfico. Se estima que estas nuevas recomendaciones podrían salvar hasta un 20% más de vidas en comparación con las pautas anteriores.
«Con esta creciente incidencia de cáncer de mama en mujeres de 40 años, eso indica que la mamografía es aún más beneficiosa»,
Es importante destacar que muchas compañías de seguros ya cubren las mamografías para mujeres a partir de los 40 años, lo que facilita el acceso a estas pruebas de detección. Por lo general, los médicos de atención primaria o los obstetras-ginecólogos son quienes solicitan estas mamografías para sus pacientes, y el servicio suele ser proporcionado por técnicos en centros de imágenes o departamentos de radiología.
En caso de detectarse lesiones anormales durante las exploraciones, las pacientes pueden requerir mamografías adicionales, ecografías, biopsias o resonancias magnéticas para determinar la presencia de cáncer. Sin embargo, estas nuevas directrices no se aplican a mujeres con antecedentes personales de cáncer de mama, anomalías en biopsias anteriores, o marcadores genéticos de la enfermedad.
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A pesar de estas recomendaciones, algunos grupos médicos prominentes han expresado su descontento con las directrices actuales. La Sociedad Estadounidense del Cáncer (ACS) recomienda exámenes anuales en lugar de cada dos años para mujeres de 45 a 54 años, con la opción de cambiar a exámenes bienales a partir de los 55 años. Además, instan a que las mujeres no dejen de someterse a estas pruebas a una edad específica, siempre y cuando tengan una expectativa de vida de al menos diez años más.
Por otro lado, el Colegio Americano de Radiología (ACR) lamenta que el grupo de trabajo no haya recomendado exámenes anuales a partir de los 40 años, como lo sugiere el instituto. También hacen hincapié en la importancia de que todas las mujeres, especialmente las negras y judías, discutan con sus médicos sobre su riesgo de cáncer de mama antes de los 25 años, ya que estas poblaciones tienen un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad.
Una de las razones por las que no se recomiendan evaluaciones anuales es que pueden generar más resultados falsos positivos, lo que puede llevar a biopsias innecesarias o tratamientos para lesiones que no representan un riesgo para la salud. La Dra. Nicholson enfatiza que el balance entre beneficios y daños es mucho más favorable con exámenes cada dos años en comparación con los anuales.
Aunque el Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de Estados Unidos ha establecido estas nuevas recomendaciones, es fundamental que las mujeres discutan con sus médicos sobre cuál es la mejor estrategia de detección para su caso específico.
