¿Qué es el cáncer de mama metastásico?

El cáncer de mama metastásico es un cáncer que se originó en las mamas y se ha extendido a otras partes del cuerpo. Puede ser evidente en el momento del diagnóstico y tratamiento inicial del cáncer de mama o aparecer meses o años después como cáncer de mama recurrente.

El cáncer de mama metastásico también se conoce como cáncer de mama en estadio IV. Además, el cáncer de mama metastásico puede denominarse cáncer avanzado. Por lo general, el cáncer avanzado se refiere a un cáncer que no se puede curar, pero algunos profesionales de la salud pueden utilizar el término de forma diferente.

En la metástasis, las células cancerosas se desprenden de la zona en la que se formaron por primera vez y viajan por la sangre o el sistema linfático para formar nuevos tumores. El cáncer metastásico que se extiende desde su ubicación original se conoce con el nombre del cáncer primario. Por ejemplo, el cáncer que se ha extendido de las mamas a los pulmones se denomina cáncer de mama metastásico en lugar de cáncer de pulmón.

Cuando se examinan al microscopio, las células del cáncer de mama metastásico de la localización secundaria comparten similitudes con las células del cáncer de mama y no con las células del cáncer de la nueva localización. Así, junto con otras pruebas, es como los médicos suelen saber que se trata de un cáncer metastásico que se ha extendido desde otra parte del cuerpo y no de un nuevo cáncer primario. Los segundos cánceres primarios existen, pero son raros.

El cáncer de mama metastásico puede aparecer en cualquier parte del cuerpo, pero lo más frecuente es que afecte a los huesos, el cerebro, el hígado o los pulmones.

Síntomas del cáncer de mama metastásico

Los síntomas del cáncer de mama metastásico varían en función del lugar al que se haya extendido el cáncer, como por ejemplo:

• Huesos
• Dolor intenso que empeora
• Hinchazón
• Huesos propensos a romperse y fracturarse
• Cerebro
• Dolor de cabeza recurrente y que empeora progresivamente
• Problemas de visión
• Convulsiones
• Vómitos o náuseas
• Hígado
• Aspecto amarillo de la piel (ictericia)
• Erupción o picor en la piel
• Dolor abdominal, pérdida de apetito
• Pulmones
• Tos persistente
• Dificultad para respirar
• Dolor en el pecho

Fuente: Mayo Clinic