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Las nuevas terapias que están cambiando el tratamiento del cáncer de pulmón

El cáncer de pulmón sigue siendo uno de los diagnósticos que más temores despierta, pero la ciencia ha dado pasos enormes para ofrecer tratamientos más precisos, más personalizados y mejor tolerados. El Dr. Pedro Solivan, hematólogo y oncólogo especializado en cáncer de pulmón, explicó en entrevista con BeHealth cómo estas nuevas terapias están cambiando el panorama y cuál es el papel del médico en cada etapa.

Para el especialista, lo más importante es que hoy ya no se habla de un solo tipo de cáncer de pulmón, sino de muchos escenarios posibles.

“Cada persona con cada cáncer hay que volver a escribir su paradigma… todos los pacientes son un universo”, afirma.

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Terapias que apuntan directo al tumor

Una de las revoluciones más grandes ha sido la terapia dirigida, que identifica y ataca mutaciones específicas del tumor. Ya no se trata de “quitar todo lo malo”, sino de usar tratamientos que saben a qué célula ir.

“La terapia dirigida es la palabra más importante… esa droga va a funcionar para todos los tumores que tengas en tu cuerpo”, destaca el especialista.

A esa precisión se suman las inmunoterapias, que activan las defensas del propio cuerpo para que reconozcan y ataquen al cáncer. “El sistema inmunológico aumenta la fuerza de las células blancas para que autoataquen al cáncer; estas inmunoterapias lo reactivan”, menciona el galeno.

Además, asegura que la combinación de terapias —target, inmunoterapia y, cuando es necesario, quimioterapia tradicional— permite abordar tumores más resistentes y mejorar las respuestas a largo plazo.

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El diagnóstico que cambia todo

Uno de los mayores desafíos es que los síntomas aparecen tarde. La tos persistente, la tos con sangre o la falta de aire suelen llegar cuando el cáncer ya está avanzado.

“Cuando encontramos los síntomas como la tos o la tos con sangre, ya es porque está avanzado”, señala el doctor.


Por eso insiste en el diagnóstico temprano, especialmente en personas con antecedentes de tabaquismo. De acuerdo con el doctor, las tomografías de baja dosis son hoy la herramienta más efectiva para detectar lesiones antes de que den síntomas. Muchas veces, incluso, el diagnóstico llega por accidente: una placa hecha por un motivo totalmente distinto. Para el especialista, esos “hallazgos inesperados” son oportunidades de vida.

El rol del oncólogo va mucho más allá del tratamiento. Comienza con la sospecha, sigue con el diagnóstico y continúa con la construcción de un plan de manejo para cada persona.

“Nosotros somos el que lo diagnosticamos: desde el síntoma o desde el hallazgo incidental”, explica el doctor.


Y hay una herramienta que nunca cambia: la biopsia. “La biopsia es el elemento principal de diagnóstico. Si no, no estamos en diagnóstico”, insiste. Solo con ese análisis microscópico es posible saber qué tipo de tumor es, qué mutaciones tiene y qué terapias funcionarán mejor.

Acompañar un proceso de cáncer implica sensibilidad, sinceridad y presencia. “Tratamos de hacer el día a día lo más positivo; sacarle una sonrisa a una paciente que no ha comido varios días”, cuenta el oncólogo.

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También reconoce el papel esencial de quienes cuidan a los pacientes en casa. “A esos cuidadores se les da el aplauso más masivo. Son el trabajo más importante en el tratamiento del cáncer”. Su presencia, dice, es una parte silenciosa, pero decisiva del proceso.

El cáncer de pulmón sigue siendo un reto grande, pero los avances terapéuticos, el diagnóstico oportuno y un acompañamiento médico humano están cambiando la manera en que se enfrenta.

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