¿Cuáles son los últimos avances sobre el cáncer de próstata?
El cáncer de próstata es una de las preocupaciones de salud más apremiantes en los Estados Unidos y en muchas partes del mundo. Se ha convertido en el cáncer más común entre los hombres en los EE. UU., y es la segunda causa más común de muertes relacionadas con el cáncer en este grupo de población. Estas cifras alarmantes subrayan la necesidad continua de investigación y avances en el campo del cáncer de próstata.
Detección temprana y pruebas de cáncer de próstata
El cáncer de próstata suele ser una enfermedad de crecimiento muy lento, lo que significa que con frecuencia no causa síntomas notables en sus etapas iniciales. Los síntomas solo suelen manifestarse cuando el cáncer está en una etapa más avanzada.
Para la detección temprana del cáncer de próstata, se utiliza comúnmente una prueba de sangre que mide el antígeno prostático específico (PSA), una proteína producida por las células de la glándula prostática. Sin embargo, no se recomienda esta prueba de detección en todos los casos, ya que la interpretación de los resultados puede ser compleja y tiene ciertas limitaciones. Además del PSA, otros factores como la edad, la raza, los antecedentes familiares, el tamaño de la próstata y otros factores médicos pueden influir en el riesgo de cáncer de próstata.
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Avances en el tratamiento del cáncer de próstata
El tratamiento del cáncer de próstata varía según la etapa y la agresividad del cáncer. Las opciones de tratamiento incluyen:
- Cáncer de próstata localizado: Para el cáncer que está confinado a la próstata y tiene riesgo de diseminación, la radiación y/o la cirugía son los tratamientos preferidos. En algunos casos, se administra radiación después de la cirugía si existe un alto riesgo de que quede cáncer residual. Sin embargo, estos tratamientos pueden tener efectos secundarios, como problemas urinarios y disfunción eréctil.
- Terapia hormonal: La terapia hormonal, también conocida como terapia de privación de andrógenos (ADT), se utiliza en combinación con la radioterapia en algunos casos. Los andrógenos, como la testosterona, son hormonas que pueden estimular el crecimiento de las células cancerosas de la próstata. La ADT detiene la producción de testosterona o impide que actúe sobre las células del cáncer de próstata. Esta terapia se usa tanto en pacientes con cáncer que ha reaparecido después de la radioterapia o la cirugía como en aquellos con cáncer que se ha diseminado fuera de la próstata.
- Cáncer de próstata metastásico: Cuando el cáncer de próstata se disemina a otras partes del cuerpo, generalmente se considera incurable. El objetivo del tratamiento en este caso es mejorar los síntomas del paciente, preservar su función y prolongar su vida. A lo largo de los años, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) ha aprobado una serie de terapias para el cáncer de próstata metastásico resistente a la castración, lo que ha proporcionado opciones adicionales a los pacientes.
Investigación emergente en cáncer de próstata
La investigación en el campo del cáncer de próstata sigue avanzando constantemente. Un área prometedora se centra en la prevención del tratamiento excesivo de pacientes con cáncer de próstata que aún está confinado a la glándula prostática y que tienen un riesgo bajo de desarrollar síntomas o morir a causa de la enfermedad. Se ha demostrado que la vigilancia cercana y las biopsias repetidas pueden permitir a estos pacientes retrasar de manera segura el tratamiento definitivo, como la cirugía o la radiación, si es necesario.
Además, se están llevando a cabo ensayos clínicos para evaluar nuevas estrategias de tratamiento y prevención del cáncer de próstata. Estos ensayos incluyen investigaciones sobre el impacto de la dieta, el ejercicio, las terapias farmacológicas y las terapias basadas en la genómica. Por ejemplo, se está investigando el té verde y sus componentes, como las catequinas, como posibles agentes para reducir la progresión del cáncer de próstata. También se están estudiando los efectos del ejercicio aeróbico en pacientes con tumores sólidos o hematopoyesis clonal, en busca de cambios en biomarcadores que puedan influir en el curso de la enfermedad.
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