Avances en la detección del cáncer de próstata: Dr. Feffrey Tosoian
De acuerdo con los datos más recientes de la OMS, el cáncer de próstata es uno de los cánceres más prevalentes entre los hombres a nivel mundial, representando aproximadamente el 15% de todos los casos de cáncer en hombres. El reciente informe indicó que en los últimos años se diagnosticaron más de 1.4 millones de nuevos casos de cáncer de próstata en todo el mundo, con alrededor de 375,000 muertes atribuidas a esta enfermedad.
Además, se destaca la complejidad en la utilización de exámenes de detección del antígeno prostático específico (PSA) en la identificación del cáncer de próstata, dado que pueden detectar cánceres de bajo riesgo de mortalidad. En un análisis colaborativo, el editorialista Jeffrey J. Tosoian, MD, MPH, junto a la editora adjunta de JAMA, Mary L. (Nora) Disis, MD, examinan un enfoque pragmático para la detección de esta enfermedad.
Este enfoque, en medio de la preocupante tendencia de aumento en la incidencia, busca equilibrar la necesidad de diagnósticos tempranos con la gestión adecuada de los riesgos asociados a la detección de cánceres de bajo riesgo, brindando así una perspectiva integral en la lucha contra el cáncer de próstata.
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El especialista habla de las herramientas de diagnóstico para guiar la detección temprana y el manejo óptimo de la próstata, indica que la historia de los exámenes de detección del cáncer de próstata en las últimas dos décadas ha sido interesante debido al desarrollo de alto nivel que demuestran que reduce las muertas a causa de esta enfermedad.
“Por ejemplo la prueba del antígeno prostático específico sabemos de esos mismos estudios que puede haber daño asociado con los exámenes de detección. Se deriva de la escasa especificidad de la prueba del PSA para el cáncer, lo que significa, por supuesto, que el cáncer es sólo una de las varias causas potenciales de un PSA elevado y, como resultado, bajo un enfoque anterior más tradicional en el que un PSA elevado rutinariamente llevó a una biopsia de próstata”, indicó el especialista.
Asimismo, indicó que aproximadamente 3 de 4 biopsias realizadas fueron negativas y de las que fueron positivas, la mitad de ellas detectó los cánceres de bajo grado indolentes que presentan un riesgo mínimo de daño, lo que en última instancia significó que sólo alrededor de 12% de las biopsias realizado
Se implementó un enfoque paso a paso para la detección del cáncer de próstata, comenzando con pruebas de APE seguidas de biomarcadores con un panel de cuatro Cron. Esto resultó en una selección eficiente de pacientes para biopsia, con solo el 3% de los pacientes sometidos al procedimiento. Aproximadamente la mitad de ellos fueron diagnosticados con cáncer de alto grado.
En comparación con los métodos tradicionales, este enfoque demostró una reducción significativa en el sobrediagnóstico de cánceres de bajo grado, con una disminución del riesgo de ocho veces. Estos resultados indican una mejora sustancial en la eficacia y precisión de la detección del cáncer de próstata.
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¿Hubo alguna sorpresa en el estudio?
El médico resaltó que las disparidades en los resultados del cáncer de próstata entre hombres blancos y de otras etnias pueden reducirse con igualdad de acceso a la atención médica. Además, señaló que las diferencias en la biología del tumor según la raza son más probablemente una construcción social que una diferencia genética. Reconocer y abordar estas diferencias es crucial para evitar perpetuar disparidades históricas en la atención médica.
“Clínicamente tenemos dos opciones fuertes para identificar y mejorar a los pacientes con un PSA elevado que necesitan realmente someterse a una biopsia en las pruebas de biomarcadores y RMN y creo que en un mundo donde el costo no es un problema, el enfoque utilizado en este ensayo con pruebas de biomarcadores seguidas de RMN es bastante ideal, pero en el mundo real hay algunas consideraciones prácticas muy reales”, aseguró Tosoian.
Finalmente, resaltó que el uso de una prueba de biomarcadores medida objetivamente con valores predictivos negativos validados a mediados y altos de los años 90 podría ser una opción de primera línea más práctica para determinar posibles condiciones negativas.