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Contaminación del aire y cáncer de pulmón: nuevo descubrimiento

El cáncer de pulmón es la principal causa de muerte por cáncer en todo el mundo, siendo responsable de aproximadamente 1,8 millones de muertes anuales. La detección temprana es difícil y los síntomas suelen manifestarse en etapas avanzadas de la enfermedad. El tabaquismo, la exposición al humo y la inhalación de sustancias cancerígenas, como el asbesto en entornos laborales, son las principales causas de cáncer de pulmón. Además, se ha asociado tradicionalmente la contaminación atmosférica con un mayor riesgo de esta enfermedad. Recientemente se han descubierto nuevas pistas sobre cómo la contaminación atmosférica puede contribuir al desarrollo del cáncer de pulmón en personas no fumadoras. Un reciente estudio revela que la contaminación del aire puede activar células pulmonares que normalmente se mantienen inactivas, pero que albergan mutaciones relacionadas con el cáncer.

¿Qué es la contaminación del aire?

La contaminación del aire es una mezcla de partículas sólidas y gases en el aire. Las emisiones de los automóviles, los compuestos químicos de las fábricas, el polvo, el polen y las esporas de moho pueden estar suspendidas como partículas. El ozono, un gas, es un componente fundamental de la contaminación del aire en las ciudades. Cuando el ozono forma la contaminación del aire también se denomina smog. Algunos contaminantes del aire son tóxicos. Su inhalación puede aumentar las posibilidades de tener problemas de salud.

Los resultados del reciente estudio

El doctor William Hill, coautor del estudio e investigador postdoctoral en el Instituto Francis Crick de Londres, explica que este trabajo ayuda a comprender mejor cómo los contaminantes atmosféricos pueden favorecer las primeras etapas del cáncer de pulmón, especialmente en aquellos que nunca han fumado. El estudio, que incluyó la evaluación de muestras de pulmón humano y modelos de cáncer en ratones, fue publicado en línea el 5 de abril en Nature. Aunque el tabaquismo sigue siendo el principal factor de riesgo para el cáncer de pulmón, se estima que la contaminación del aire exterior es responsable de aproximadamente 1 de cada 10 casos de cáncer de pulmón en el Reino Unido, según Cancer Research UK. En 2019, se atribuyeron alrededor de 300,000 muertes por cáncer de pulmón en todo el mundo a la exposición a partículas ambientales de tamaño inferior o igual a 2.5 μm (PM2,5). Si bien se sabe que existe una relación entre la contaminación atmosférica y el cáncer de pulmón, ha sido difícil precisar el mecanismo exacto que explica esta conexión. Anteriormente, se creía que los carcinógenos ambientales, como el humo del tabaco y la luz ultravioleta, causaban mutaciones directas en el ADN. Sin embargo, datos recientes sugieren que esto puede no ser completamente cierto.

Resultados

En el estudio actual, el equipo propone que los contaminantes atmosféricos no actúan directamente sobre el ADN, sino que promueven cambios inflamatorios en el tejido pulmonar, lo cual despierta mutaciones cancerígenas inactivas que se acumulan de manera natural en estas células a medida que las personas envejecen. Esta idea se alinea con una teoría de décadas atrás que plantea que la tumorigénesis es un proceso de dos pasos: un paso inicial que induce mutaciones en células sanas y un paso promotor que desencadena el desarrollo del cáncer. En el estudio, los investigadores se enfocaron en el cáncer de pulmón relacionado con el receptor del factor de crecimiento epidérmico (EGFR), que es más común en personas no fumadoras y fumadores ligeros, así como en las partículas ambientales de tamaño inferior o igual a 2.5 μm (PM2,5), las cuales pueden llegar a los pulmones y están asociadas con un mayor riesgo de cáncer de pulmón. El equipo analizó datos de más de 400,000 personas en tres países y comparó las tasas de cáncer de pulmón con mutaciones del EGFR en áreas con diferentes niveles de contaminación por PM2,5. Descubrieron una asociación significativa entre los niveles de PM2,5 y la incidencia de cáncer de pulmón en 32,957 casos de cáncer de pul Fuentes: Medscape, Medline y National Geographic

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