El cáncer cervical es un tipo de cáncer que se desarrolla en el cuello uterino, la parte inferior del útero que se conecta a la vagina. El cuello uterino es un órgano tubular que tiene aproximadamente la longitud de un dedo.

En la gran mayoría de los casos, el cáncer cervical es causado por el virus del papiloma humano (VPH). El VPH es un virus que se transmite a través del contacto sexual. Hay más de 100 tipos de VPH, y algunos de ellos pueden causar cáncer.

En las primeras etapas, el cáncer cervical suele no causar ningún síntoma. A medida que el cáncer progresa, puede causar síntomas como:

• Sangrado vaginal inusual, especialmente entre períodos o después de la menopausia
• Flujo vaginal inusual, especialmente con un olor desagradable
• Dolor pélvico o dolor durante las relaciones sexuales
• Dolor al orinar o defecar

El cáncer cervical se diagnostica mediante una prueba de Papanicolaou (PAP). Un examen de detección que se utiliza para detectar cambios anormales en el cuello uterino.

Si la prueba de Papanicolaou muestra cambios anormales, se puede realizar una colposcopia. Si la colposcopia muestra cambios anormales, se puede realizar una biopsia, que consiste en la extracción de tejido del cuello uterino para su análisis en el laboratorio.

La mejor manera de prevenir el cáncer cervical es vacunarse contra el VPH. La vacuna contra el VPH se recomienda para pacientes de 9 a  45 años.

Por su parte, el tratamiento del cáncer cervical depende del estadio del cáncer. Los tratamientos comunes incluyen:

• Cirugía para extirpar el cuello uterino, el útero o ambos
• Radioterapia para destruir las células cancerosas
• Quimioterapia para matar las células cancerosas